Monday, May 31, 2010

Culobrasa

- ¿Culobrasa? ¿Qué es un culobrasa?
Últimas palabras de Juan aka Culobrasa a sus amigos con antorchas poco antes de ingresar en la Unidad de quemados del Hospital.
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- Antoniooooo.
- ¿Qué?
- Nada, imbécil.
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- Mamá ¿Por qué te comes todos mis gusanos de seda?
- Porque están malditos ¡MALDITOSSS!
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- Papá, mamá se come todos mis gusanos de seda.
- ¡AAAH! ¡Va a coger una maldición!
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No se puede razonar (Casi nunca)

Sunday, May 30, 2010

Mono

¿Y mi cubata? ¿Y mi perversión? ¿Y mi locura? ¿Y el concurso "Lo que no follarás"? ¿Y los amagos? ¿Y la poli cerrando nuestros bares? ¿Y los amigos? ¿Y Dios? ¿Dónde coño se esconde el hijoputa?
Estoy aquí, a una semana de cuatro exámenes (Bang, bang, bang) En lugar de estudiar, me meto en 4chan \b\ a ver cosas que no debería, a escandalizarme un rato, pero siempre sin intervenir. Se mira y no se toca. Se ríe, pero no se contagia uno.
Ya ha pasado un mes y ahora es cuando existe el verdadero riesgo, porque está uno como tonto. Por eso me aseguré de decir las suficientes palabras como para que fuera totalmente imposible que la tentación me condujera a un error.
Cualquier relato tiene bluffs y he aquí el mío: Mucha reflexión y pocos tiros. Quisiera salir a envenarme. Gracias al Santo Calígula, uno no aprende de los errores. Viajecito a Granada en cuanto pueda, viaje a Nueva York en cuanto una amiga me lo exija. Libros que no estoy obligado a leer, peleas con los muchachillos éstos de mi Facebook. Cara de mentiroso, como nuevo.
Labios operados, besos de goma resbalando por el capó de un coche hortera.
No hay mejor vida, que la vida inventada. Y eso lo sé porque estoy remendando los agujeros (Ahora) de un disfraz muy viejo.

Saturday, May 29, 2010

Capítulo 3: "Una verdad encubierta"

Cúpula 3.

- Prisionero 47, se le imputan los delitos de disidencia, formular teorías no autorizadas y revelar información que pudiera comprometer la seguridad del Sagrado Núcleo y de los habitantes que dependen de sus decisiones ¿Cómo se declara?
- Culpable, Señoría.
- Bien, teniendo en cuenta su confesión y de acuerdo con nuestras leyes, su vida será dispuesta por el Reciclador. Con seguridad, alguien hará mejor provecho de su materia. La sentencia será aplicada en un plazo máximo de diez días, según la conformidad del Canciller. La oscuridad se apiade de su alma.

Mira los monitores. Míralos. Es la décima vez que cae la misma hoja. Opinamos que se crearon por la sombra para evitar la locura de la carne. Lo cierto es que el efecto es el contrario. Algunos dicen que nos muestran el mundo antes de que el color lo invadiese todo.
Sea como sea, has nacido aquí y, ya sabes, no conviene pensar demasiado. Supongo que en el resto de cúpulas es igual.
Bendita sea la oscuridad.
La fé es lo que salva a muchos, no tengo nada en contra de la fé. El problema es que no aceptan que algunos no creamos.
Al principio había un sólo Dios: El Dios multiforme de la carne y el olvido. El Supremo Ser Primigenio, el que todo lo abarcaba, vivía un conflicto interior y eterno.
Cada día su corazón se rasgaba, cada noche tenía que coserlo con un jirón de su propia sombra.
Así lo hizo durante milenios.
Hasta que llegó el aciago día, pues había agotado la oscuridad que descansaba a sus pies y no quedaba ya con qué coser las heridas de la batalla.
El primer Dios murió, dejando esparcidas en el Universo la carne, el olvido y la sombra.
Y allí donde se unió la carne y el olvido surgieron los animales tóxicos de las zonas exteriores.
Y allí donde el olvido había desplazado a la sombra surgió el color letal.
Y donde la carne y la sombra eran fuertes, allí se crearon las cúpulas, con las cuentas del collar del Dios muerto.
Dispuso la sombra que aquellos con la mirada más oscura fueran los Gobernantes y los dueños de la palabra.

Llevaban al prisionero 47 a esperar el día de su muerte. El ayudante se acercó al juez. Le tocó el hombro para que supiera que estaba a su lado.
- Le llevo al despacho.
- Llévame a casa mejor, hijo mío.
El juez se levantó torpemente, pasó el brazo por entre los de su lazarillo y se marcharon de la sala. Se oían los gritos del recluso:
- ¡Yo sólo hice una pregunta! ¡Una pregunta!

Has nacido aquí, ya sabes lo que hay. Nosotros creemos en algo más, se dice que somos los elegidos, los más sabios. No debería de saberlo, pero lo sé. En las otras cúpulas, no sucede lo mismo. No se arresta, no se mata a la gente por hacerse preguntas.
La fé.
Bendita sea la sombra.

Si alguien pudiera modificar los monitores, quizá podríamos extender un mensaje. Un mensaje nuevo y distinto que nos llevara a ser más libres. El mensaje que mi amigo y maestro no pudo decir sin que lo mataran. Los necios que lo escucharon le denunciaron sin pensarlo. A cambio de nada, el reconocimiento de un puñado de ciegos.

- ¡Ha sucedido! ¡Ha sucedido!
Gritaban, se abrazaban, lloraban y corrían por los pasillos de la cúpula.
- ¡Ha nacido! ¡El puro!
- ¡El mesías!
- ¡El que desterrará el color!
- ¿Quién?
- ¿Dónde?
- Fue en la sección inclinada del séptimo pasillo. Sus padres son Joseph y Alia.

- ¡Canciller! El pueblo está gritando, hablan sobre un advenimiento.
- El advenimiento... - El anciano se acarició la barbilla. La tenía húmeda, algo de saliva resbalaba por sus temblorosos labios.
- Llevan a un bebé.
- ¿Y qué les ha hecho reaccionar así ante un nacimiento?
- El niño nació sin ojos, Señor.
- ¿Sin ojos?
- Incapaz de ver la luz.
- Aquel que vencerá al color.
- Traedlo ante mí.

Si pudiéramos hablar a través del monitor... un mensaje sencillo, aunque eso me convierta en el prisionero 48. Una pregunta. La pregunta que llevó al mejor hombre que jamás conocí a la muerte.

Dicen que, durante el embarazo, su madre se alimentó con la carne reciclada de un disidente.

Eso es algo que conviene no airear, ya sabes.

Llamada entrante de la sexta cúpula:
- Canciller Baal, le habla el Canciller Styx. Hace unas horas hemos recibido un mensaje proveniente de la cuarta cúpula, necesitamos saber si también lo habéis recibido vosotros. Ya me he puesto en contacto con la primera y la segunda...

- ¡Blasfemia!

Los monitores están sufriendo interferencias, Señor. Los canales hacen ruidos extraños. Una comunicación entrante desde la sexta cúpula ha sido interrumpida, apenas hemos podido oír que se referían a algo de la cuarta cúpula.

Acerca su nariz, sus ojos ciegos al bebé que llora sobre la mesa.

Lo llevan, lo arrastran por los pasillos, está semiconsciente y grita. Grita de dolor: - ¿Por qué tiene puertas? ¿Por qué tiene puertas la cuenta del collar de un Dios? Lleva cables en la mano.

- Señor, las interferencias se debían a un saboteador. Lo encontramos intentando modificar el control de monitores. Por lo que parece, quería extender un mensaje.
- Sí, hay un mensaje que extender - El Canciller Baal tiene los ojos llorosos de la emoción.
Por primera vez desde que se recuerda, ha dejado de verse la misma hoja caer del árbol. En su lugar, el rostro de un hombre que no puede ver, pero que ha dedicado su vida a mantener la fé protegida de las fuerzas internas que pretenden destruirla.
- Creyentes. Amigos. Me dirijo a vosotros por este medio, que nunca antes ha sido usado para este propósito, pues en la escritura así estaba establecido. - Habla pobremente, interrumpiéndose, llevándose la mano a los labios, intentando ahogar la emoción. - Ha nacido el hijo de la sombra. Ha nacido... el Salvador.

El prisionero 48 miraba la inmensidad, los guardias le hablaban pero él ya no prestaba atención. Se había hecho encima sus necesidades, por el miedo.
- Este aparato es el reciclador. Tu piel, tus huesos, todo lo que no es tu alma... se convertirá en una pasta. - El guardia sonreía al llegar a esta parte. - En fin, vas a ser un aperitivo delicioso.

Todos estaban pegados a los monitores, contemplando el rostro del bebé sin ojos. El reciclador no estaba perfectamente silenciado, ni muy lejos de ciertas zonas habitadas de la cúpula, pero nadie escuchó los gritos. Nadie a quien le importara.

- Alabada sea la sombra.
- Alabada sea - respondió lacónicamente Styx al otro lado.
- Y bien, honorable Canciller, ¿Qué es lo que queríais contarnos antes de que las comunicaciones se interrumpieran?

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Próximo capítulo: "De como el bufón fue Rey"

Saturday, May 22, 2010

Capítulo 2: "La última llamada"

Cúpula 6
...
- ¡Hijos de la cuarta cúpula! Os habla el consejero Dalton ¡Hemos sido iluminados! ¡Hemos sido purificados! La gran mentira nos cegaba. La gran mentira no nos dejaba ver el cielo. Pero ahora vemos. Ahora oímos ¡Somos uno con el color! ¡Uno con la luz ! ¡Hijos de la cuarta cúpula, abrid vuestra mente! ¡Liberad vuestra carne!
...
- Aquí se interrumpe.
- Dalton.
- Sí.
- Tenía setenta años.
- Setenta y dos.
- Nunca es tarde para la revelación...
El Canciller Styx alzó la mano bruscamente.
- Esto no es cosa de risa, Consejero. Debemos hacernos dos preguntas: Primero ¿Por qué abrió los canales intercúpula? Es algo que hay que hacer deliberadamente, los sistemas de comunicación interna son independientes de la Red, y por lo que oímos, quería dirigirse a los habitantes de su cúpula, no a los de la nuestra. Y, segundo, llevamos meses sin saber nada de la 4 ¿Por qué llega este mensaje ahora?
- ¿Y por qué habla un consejero, y no el Canciller?
- Eso nos lo podemos imaginar.
Un hombre que había permanecido de pie durante toda la conversación hizo un gesto para intervenir. Se trataba de uno de los delegados, por lo que primero pidió permiso al Consejero al que estaba asignado. Éste asintió con la cabeza.
La especialidad de aquel delegado era, precisamente, la Red y podía ofrecer información técnica útil:
- Señor, soy el delegado Munroé, jefe técnico de mantenimiento de la Red.
- Proceda.
- Verá, sobre la primera cuestión sólo puedo especular... Y desconozco la razón por la que hemos recibido la comunicación ahora...
- No nos vas a servir entonces de mucha ayuda.
- Pero - Continuó Munroé - Sí hay algo que puedo asegurar: Nos consta que el canal que emplearon para transmitirnos ese discurso hace un mes estaba completamente inoperativo.
El Canciller lo miró fijamente, Munroé había captado su atención.
- Y además, sabemos dónde se produjo exactamente la ruptura de la línea.
La sala se llenó de murmullos. Uno de los consejeros, el de más edad, lo interpeló:
- ¿Y cómo sabes eso?
- Bien. Como todo el mundo sabe, desconocemos el funcionamiento exacto de casi toda la tecnología que nos rodea. Mi trabajo, a pesar de lo que se infiere del nombre de mi cargo, no consiste en hacer ningún tipo de mantenimiento. Más bien me ocupo de especular sobre el mecanismo de la Red y, en ocasiones muy concretas, hacer algún experimento.
Pues bien, como todos sabemos, el octavo canal lleva inhabilitado más de diez años, sin posibilidad de reparación. Se me ocurrió que no se perdía nada terminando de romperlo. Sacamos los cables y los llevamos al laboratorio.
- ¿Cortásteis uno de los canales? - El Canciller no daba crédito.
- Uno que no funcionaba, y pensando que si se rompía otro de los canales y la ruptura quedaba dentro de los límites de la cúpula, podríamos usarlo como repuesto.
- Deberíais habernos solicitado autorización a través de vuestro consejero...
- Si es necesario, podemos reinstalar el canal. Gracias a nuestros experimentos, hemos aprendido cómo hacerlo de manera eficiente.
- Sigo sin aprobarlo. Terminad con vuestra explicación y después hablaremos sobre sanciones.
- Uno de los experimentos consistió en pasar una pequeña cantidad de energía a través del cable y así nos dimos cuenta de una propiedad bastante interesante del metal del que están hechos: La energía aplicada rebotó contra el otro extremo.
- Explíquese.
- En un metal normal, no hubiéramos tenido manera de comprobar esto. Pero el material del que están hechos los canales de alguna manera ralentiza la velocidad de transmisión de energía sin hacer que por ello pierda fuerza. Suponemos que esta propiedad sirvió a quienes construyeron la Red para marcar las averías: Sabiendo que la velocidad a la que va el pulso de energía es constante. Podemos mandar una pequeña carga en un momento concreto y, contando el tiempo que tarda en rebotar y volver a detectarse en el mismo punto desde el que se envió, calcular la distancia que hay desde un punto dado de la Red hasta el lugar donde se produjo el corte.
- Entonces ¿Sabemos a cuánta distancia estamos de las otras cúpulas?
- Lo sabemos. Sabíamos a que distancia estábamos de la cuarta cúpula antes del corte. Y sabemos dónde se interrumpía la línea.
- ¿Y dónde se interrumpía? - Preguntó el Canciller con un nudo en la garganta.
- En mitad de ninguna parte, señor. A Kilómetros de la cuarta cúpula.
- Eso significa...
- Significa que quienquiera reparase el canal de comunicación, por la razón por la que lo hiciese, estaba fuera.
- Eso es imposible.
- Lo sé.
Los consejeros, sus delegados y el Canciller, todos se cruzaron miradas de terror. Los datos estaban encima de la mesa y nadie quería creerlos, pero no podían evitar pensar en ello.
Alguien había sido capaz de soportar el color y conservar la suficiente cordura como para hacer una compleja reparación. Imposible.
El Canciller se olvidó por completo de sancionar a Munroé por sus experimentos no autorizados, al día siguiente se empezaron a discutir medidas.

Próximo capítulo: "Una verdad encubierta"

Tuesday, May 18, 2010

Capítulo 1: "Prisioneros de la luz"

Cian era el color que resaltaba, fondo de estrellas. Bajo la atmósfera muerta, cúpulas de un metal gris iridiscente. La hierba que medía los contornos despedía también una luz tóxica. Los animales llameaban, sus huellas dejaban abiertas en el suelo ventanas hacia una tempestad cromática, potente, persistente, peligrosa.
Dentro de las cúpulas se lloraba y se dormía, y se jugaba también a parar el tiempo. Estaban manchadas en el exterior por los reflejos de todo lo que las rodeaba. Algunas no se encontraban comunicadas ya, salvo por los canales de emergencia, porque la luz se había filtrado, rompiendo las redes, disolviendo los enlaces.
De la 7 no se tenía ya noticias. Constaba que en la 4 todos estaban muertos, o locos.
La Red era una antigua tecnología para proteger a la vida del color, o al color del desequilibrio, de la contaminación opaca de la carne.
Se reservaban canales para la comunicación entre los habitantes de las distintas cúpulas, tres de ellos eran para los Cancilleres, el resto se distribuían según proximidad. La cúpula 1 estaba en el centro, y la 14 era la más periférica, hasta el punto de depender de la intermediación de la 11 para sus conexiones a la Red y, parcialmente, de su suministro de energía. El mantenimiento de las redes, que pasaban a través de la superficie del planeta era imposible por razones obvias. Si un canal se rompía, no existía la manera de reactivarlo, y algunas cúpulas podían quedar completamente incomunicadas, como era el caso de la 7.
Los habitantes, malvivientes, se servían del esqueleto metálico de sus ancestros, de sus medios, sus fuentes de alimentación reciclables, su cultura embalsamada en libros incompletos.
Monitores en las paredes de aquellas cárceles reproducían continuamente imágenes falsas, paisajes prerenderizados. Muchos habían crecido sin saber que existía el exterior. A quienes se lo preguntaban, se les informaba rápidamente:
- Los colores de ahí fuera... nadie ha vuelto con vida. Ni siquiera podemos conectar cámaras.
Hacía años que nadie intentaba una expedición. Existía una ley, constituida por la necesidad. Pues aunque las cúpulas eran gigantescas, su tamaño no era infinito, y no tenían fuentes de explotación de recursos, salvo un complejo sistema de obtención de energía de las profundidades y la depuradora de agua. El plástico y el metal eran el recurso más escaso, el agua era reciclada con gran eficiencia, aunque, por suerte, la lluvia no estaba afectada por el mal del color y gracias a unos colectores situados en los techos de las estructuras, se contaba con reservas para veinte años.
Los hombres sabios temían el desastre. Pesaba la experiencia de la 4, de la que habían recibido información perturbadora, hasta el último minuto:
Todo empezó cuando un error en la ruta que debían seguir unas prospecciones llevó a los técnicos demasiado lejos, fuera del perímetro de contención y su sombra, hasta un tramo en que un pequeño agujero abierto en la tierra, de no más de un milímetro de grosor, permitió que entrara luz del exterior.
No hubiera sido tan terrible si aquel pequeño rayo luminoso no hubiera incidido sobre uno de los cristales de energía que esperaban su extracción. El cristal actuó como un prisma, y a la máxima velocidad posible, todo el lugar quedo inundado de luz viva.
Los mineros murieron o se volvieron locos. La 4 mandaba informes a las otras cúpulas sobre motines y desastres. Hombres enfebrecidos portando armas, cometiendo todo tipo de atrocidades, saboteando los sistemas de reciclaje, dejando entrar el color.
El resto de cúpulas establecieron protocolos, sistemas de contención de áreas, cámaras protegidas y canales privados con claves de emergencia y complejos dispositivos de control. Las prospecciones dejaron de extenderse, y se limitaron a extraer en vetas menos productivas pero seguras.
Fue entonces cuando, con mayor seriedad, hubo quien empezó a preguntarse por una solución a largo plazo:
La mayor limitación a la que se enfrentaban era la escasez de material, cuya consecuencia más trágica estribaba en la imposibilidad de poder emprender una expedición segura al exterior (Alguna vez se había intentado en el pasado, cuando no se era tan consciente de la limitación de los recursos) o, como se había planteado en alguna ocasión, la construcción de una nave que permitiera escapar del planeta.
El metal del que estaban hechas las cúpulas no se hallaba en las prospecciones. La ciencia que se había empleado para su construcción se había perdido. Así, los habitantes de aquel lugar maldito, de aquellos oasis rodeados de muerte, se limitaban a seguir respirando, a comer una pasta gris constituida por los microorganismos presentes en aire y en agua, prensados, repugnantes, a delirar y a consumirse, bajo el mortal color del cielo.
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Próximo capítulo: "La última llamada"

Wednesday, May 12, 2010

¿Cómo acercarse a una muchacha? (Efectividad 100% garantizada)

Dedico este post a todos aquellos hombres que, por timidez o falta de imaginación, no saben atraer la atención de una mujer como es debido. Aquí van mis cinco métodos infalibles para que te miren y obtener un buen pie para una conversación:

1. Pilla una bolsa de detergente en polvo y mételo en un recipiente abierto. Cuando tengas visualizada a tu presa, saca el recipiente y finge chocar con ella, poniéndola perdida con el Dixan o la marca que hayas comprado. A continuación, tienes que decir algo así:
- ¡Joder! ¡Mierda! ¡Toda mi cocaína desparramada por el suelo! ¿Y ahora qué esnifo yo si puede saberse?
A estas alturas probablemente ella esté algo confundida. Aprovecha para atacarla, con una de esas frases conquistadoras:
- Bueno, todavía podría meterme lo que se te ha quedado en la ropa. Podrías venir a mi casa, quitártela y cuando haya terminado con ella, si te apetece te la devuelvo...

2. Si te topas con la mujer de tus sueños en el transporte público, procura ponerte en el asiento de detrás. Cuando nadie te observe, saca el mechero y arrima la llama a su pelo (Comprueba antes que no lleva laca, o el resultado podría ser catastrófico) Cuando veas que prende, guarda el mechero rápidamente.
Antes o después, al olor del pelo chamuscado, acabará por volverse a preguntarte qué coño estás haciendo. Ahora es cuando tú le dices:
- Lo siento, nena, tengo visión de rayos láser y cuando veo un culo tan hermoso como el tuyo se me descontrola un poco.

3. ¿Está pillada? ¿Su novio el cachitas te está impidiendo cumplir con tus sueños? Para romper una pareja nada mejor que unos cuernos bien puestos. Cuando se dan estos temas, ellas sufren crisis de confianza y pueden cometer alguna estupidez (Por ejemplo, acostarse contigo) Pero puede que al tipo no se le haya dado la oportunidad de distraerse con otra hembra; es el momento de que entres en acción: Persigue a la pareja hasta alguna discoteca donde vayan juntos y cuando veas que él se acerca al baño de caballeros, ten listo el pintalabios. Mójate la boca de carmín de la manera más excesiva que puedas y, lánzate hacia él, besuqueándole por toda la faz. Luego corre hacia la salida.
Probablemente él corra detrás tuya para pegarte una paliza o continuar con el amor (En ambos casos has ganado) Procura detener un poco el ritmo de la carrera cerca de ella, para que no se dé cuenta de que es por ti por quien corre su novio. A él sí lo reconocerá, y no podrá evitar fijarse en las huellas de tus besos. Tendrá que pensar lo peor y, después, será fácil recoger los trozos de su corazón y la llave de su cinturón de castidad.

4. Las mujeres suelen responder bastante bien a los regalos y sus gustos vienen en parte determinados por los de su madre. Suele ser una buena idea robarle a esta última las joyas para poder dárselas a ella.

5. Hay mujeres que son auténticas fanáticas de los grupos de música que les gustan. Evidentemente, es tarde para que aprendas a tocar la guitarra y ¿Qué coño? tampoco merece la pena el esfuerzo. Pero hay una forma fácil de acceder al arbusto de una fan. Pongamos que a ella le gusta Juanes. ¿Sabes lo que le pasó a John Lennon? Pues lo mismo pero intentando que no te vean y sin gordos reprimidos homosexuales haciendo el papel de asesino. Con una sierra y el cadáver a tus pies, obtén la cabeza. Luego ponte una gabardina amplia alrededor del cuerpo, de manera que te cubra tu propio melón (Haz dos agujeros en el cuello de la gabardina, o de lo contrario no verás ni jota) y ponte la chola de Juanes encima de la tuya. Si eres bueno tejiendo, hasta puedes pegar fieltro a su cuello cercenado para que no "baile".
¡Qué sorpresa tan agradable se llevará cuando Juanes, su gran ídolo, vaya a visitarla y le proponga amor! Lo difícil del tema ya lo habréis supuesto: Que la cabeza no se caiga en mitad de la música.

Invitación

Abre tus ojos al mal
que te impone, la sed
que sientes como un pájaro que te devora
la entraña
el abismo interior, y la idea.
Abre tus ojos al mal, no estás sólo
queda la piel, desdichada
queda el mundo suspendido de gracia
y un árbol de alfileres en la lengua.
Desliza el cuchillo, hazlo por Dios
por la patria, por el camino que
te enseña.
No muestres piedad con quien no la tendría
contigo.
Matar a tu hermano es matar
a tu mayor enemigo.
Que el agua no lave la sangre de esas manos
déjala secar bajo las uñas
¿Estás sólo? Ni lo pienses, acuéstate
en el lecho que habitaba el cadáver.
Cambiar, suplantar otra vida, requiere
observar que la negación
es piedad en el momento preciso.
Estará bien hecho, si hay algún bien
en ello, aunque sea el tuyo.
Pero luego no te extrañe, no
es difícil entender
que a tu espalda nazca alguno
con una mirada similar a la tuya
con los labios fruncidos
con la mano temblorosa y el ansia palpitando en el cuello.

Sunday, May 09, 2010

El fin del mito

La leyenda empezó aquí:
http://avecessemeolvida.blogspot.com/2006/08/5.html

Y ha terminado esta noche.
No hay a quien echar la culpa de esto, salvo a mí mismo. Ayer (Como en tantas otras ocasiones) volvía de mi Sábado autodestructivo ciego cuan perra y cantando las canciones del disco de Hannah Montana.
Cuando vi el control pensé que era en el otro sentido y me dije: - Puf, te has vuelto a librar, tigretón.
Mis ganas.
A metros de llegar a mi casa, a través del cristal trasero de mi coche entra una luz azul desagradable e intermitente. Han salido detrás de mí y yo no me he dado ni cuenta.
Sería por la molestia de la persecución (A la gente no le gusta que les metas emoción en sus vidas si ellos no te lo han pedido antes) o porque le tocaba trabajar en unas horas que le cortaban el planning por la mitad, el guripa añadió la grosería a la diligencia y me intentó golpear en mi orgullo (Pobre bachiller) y definitivamente hizo una sangría en mi bolsillo.
Pero es justo.
Por más de una razón, es justo. Aunque me acusen de haberme intentado escabullir haciendo no sé qué con las luces para distraerlos, siendo que no es mi culpa que ellos se distraigan fácilmente ante estímulos luminosos. Así que es probable que ni me moleste en protestar, que pague, sufra y calle.
Lo que me preocupa ahora es: ¿Dónde quedará mi carisma cuando empiece a controlarme?
Me hago viejo.