Friday, August 20, 2010

Cambiemos de tema

El precio del vinagre ha subido.
Tienes una verruga en el cristal.
Lluvias torrenciales.
Estabilidad contradictoria.
¡Cómo se desliza!
Karma revientatechos.
Doce de Octubre.
Quien hace la ley, hace la trampa.
Los orangutanes se miran atentamente.
El cojín es cómodo y rosa.
Uatu.
Francisco Limón Veneno.
Sabes que estoy loco.
Por ti.

Tuesday, August 17, 2010

Próximamente

- La última aventura del Capitán Vacío.
- La ceja mutante presenta: Grant Morrison knows best
- El regalo de Gem
- El amante inverso

Saturday, August 14, 2010

Quinto aniversario: Todavía estás verde

De un brinco me puse en pie:
- ¡Tenemos que estar preparados para el éxito!
Arranqué el paquete de cigarrillos de la pegajosa mesa, puse a Mark Knopfler más bajito y corrí.
En la puerta me esperaban todos mis enemigos, armados con causas de alergia. Ninguno me dio miedo, hasta que llegó mi némesis absoluto: El increíble hombre coñazo.
- ¿De qué vas, majadero?
- ¿Es tuyo esto? - Preguntó pesadamente mientras me enseñaba una página web rasgada y fláccida como un pañuelo.
- No, no es mío. No te va a gustar saber a quién se lo has robado.
El hombre coñazo agachó la cabeza, no sabiendo cómo responder. Y yo eché a correr entre sus matones.
El autobús lo pilotaba Henry. En el asiento de atrás, las moscas devoraban el cadáver de Liza y sonaba una extraña canción. Algun tipo medio aburrido, con unos pantalones gigantescos se me acercó:
- ¿No eres tú?
- No. Definitivamente, no soy yo.
- Entonces tengo que darte esto. - Y me alargó el número de los X-Men donde conocen por primera vez al Juggernaut.

Las imágenes se perseguían a través del cristal. Una rata salió desde dentro de un asiento, sólo para ser devorada por otra. Un arma cayó de unas manos de trapo, un cuervo voló con indiferencia sobre el techo, el alma de un caballo sonrió desde un bote de carne.
Uno de los pasajeros le preguntaba a otro:
- ¿Has estado alguna vez en la planta tercera?
- No, qué va.
- Dicen que tiene un archivador que llora...
- Y un lobo que canta como los ángeles...
Otro se levantó y empezó a gritar, mientras sostenía un bote de pastillas:
- ¡Sois todos fantasmas! ¡Fantasmas y locura, y no me podéis arañar porque no tenéis dedos que sostengan las uñas!
- ... y no me podés mirar porque no tenéis párpados, sino labios cosidos... - Terminé yo, lo que hizo que la furia histérica del hombre se desatara contra mí. Saltó dispuesto a matarme, por suerte alguien lo detuvo. No lo pude ver bien, juraría que tenía ojos de serpiente.
- De nada, jefe. - Una voz sibilante se perdió entre el humo que desprendía un cadáver silbador.
- Estamos llegando a nuestro destino.
- El momento ha llegado, tiren las maletas por las ventanas.
- Y procuren herir a alguien.
- Tiene los pezones del tamaño de dos cabezas de bebé...

Hay un coro de dioses con gafas de montura clásica esperándole, Señor. Hay un montón de títulos, hay burdeles en Paprika donde mujeres maldicen su nombre. Sus inacabados rostros le vigilan. Víctimas de su delirio, de cómo un sueño borra a otro.
- ¿Me daríais otra oportunidad, antes de que el autobús se estrelle?
- Eso no tiene ni que preguntarlo.
Y de un volantazo, Henry alejó el peligro.
- Feliz quinto aniversario.
- Gracias, Munroé. Era todo lo que necesitaba oír hoy.

Tuesday, August 10, 2010

Karaté Tiger (Basado en hechos reales)

Cerró la puerta tras de sí lentamente y se aproximó al mostrador, no sin antes echar fugaces vistazos al contenido de las estanterías.
El dependiente, obeso, enfundado en una camiseta de Punisher y con el pelo recogido en una coleta no pareció apercibirse de su presencia al instante. Tras el minuto que permaneció observando la pequeña pantalla donde reproducían una película desconocida, giró su silla y encaró al cliente:
- ¿Qué desea?
- Um, buenas. Mire, me gustaría alquilar una peli de artes marciales.
- ¿De artes marciales? Ha venido usted al lugar indicado, tenemos una buena variedad de películas que ya son difíciles de encontrar. Algunas de ellas ni siquiera están en Internet en castellano.
- Por eso he venido. Un amigo me ha recomendado vuestro videoclub. A mí estas pelis tampoco es que me vuelvan loco, pero ayer estaba viendo la tele y pusieron Kickboxer, con Van Damme. Es una película que yo veía de niño y me han entrado ganas de alquilar alguna del estilo para verla con mi hijo.
- Nos limitamos entonces a películas sin contenido para adultos.
- Sí, nada de desnudos. Un poco de acción y una trama que se siga sin complicaciones. El pobre no hace otra cosa que ver Disney Channel, y temo que pueda acabar maricón o algo.
El dependiente sonrió:
- ¿Y qué le parecería otra Kickboxer?
- No sabía que hubiera más de una.
- Oh, sí. Aunque sólo en la primera aparece Van Damme. La "última" fue la Kickboxer 5, también llamada el Desafío Final.
- Podríamos probar con la 2.
- "El camino de vuelta"
- ¿Perdón?
- Así se le llamó, claro que Kickboxer 2 no es Karaté Tiger.
- ¿Perdón?
- Kickboxer 2 tiene a Sasha Mitchell, como le sucede a Kickboxer 3, pero sería más lógico que usted alquilara la 3, porque es Karaté Tiger y la 2 no.
- ¿Karaté Tiger?
- ¿Quiere usted empezar por el principio? Alquile "No retreat, no surrender" En esa sale Van Damme, haciendo el papel de Ivan Kraschynski, el ruso.
- ¿De qué va?
- Lo único que necesitaría saber es que es Karaté Tiger.
- ¿Y qué es Karaté Tiger?
- Kickboxer 1 y 3 son la 3 y la 6. La 1 sería "No retreat, no surrender", la 2 sería "No retreat, no surrender 2", la 4 sería "The King of Kickboxers" y la 5 también. Porque la cuatro y la cinco... ¿Puede guardar un secreto?
- Verá, yo sólo quería una película.
- Estoy intentando asesorarle. No me gustaría que acabara con el Karaté Tiger equivocado.
- Ahora que lo pienso, puede que una película así no sea lo más indicado para un niño de seis años.
- Muy bien, como prefiera.
- Pocahontas estaría bien.
- Me temo que eso no va a ser posible.
- ¿Es que no la tienen?
- La tenemos, sí. Pero no con ese título.
- ¿Entonces con cuál?
- Indian Tiger XIV.
- Bueno, pues deme Indian Tiger.
- Pero ahora no.
- ¿Por qué? ¿No me dijo que la tenían?
- Sí, pero es que ahora viene la escena de acción.
- ¿Qué?
- Fíjese - El dependiente señaló una de las cámaras de seguridad del videoclub. Hasta ahora no se había dado cuenta, pero el objetivo parecía seguir hasta los más nimios movimientos del cliente.
- ¿Qué es esto?
- Karaté Tiger dieciocho.
Acto seguido, hizo entrada en la tienda un grupo de orientales de gesto serio entre los cuales se destacaba uno, con la barba terminada en punta y los brazos cruzados sobre el keikogi rosa.
- ¿Quiénes son ésos? - Preguntó al dependiente, cada vez más alarmado.
- ¿Tienes un hermano?
- ¿Qué? ¿Para qué?
- Para que pueda vengarte.
- ¿Eh?
- Necesitamos otro plano. - Dijo el dependiente mientras sacaba otra cámara de debajo del mostrador.
- ¡Socorro! ¡Socorro! - El hombre, desesperado, intentó gritar con todas sus fuerzas, mientras el amenazante grupo se le acercaba.
En algún momento de la paliza, Al Leong sonrió, descruzó los brazos. Luego dejó de sonreir.
Y los volvió a cruzar.

Obituario

Dentro de cuatro días es el quinto aniversario de este Blog. Y aunque no soy de los que le dan importancia a las fechas, me he estado preguntando si tendría que escribir algo especial para celebrar el momento.
Primero me planteé contar cuál fue el motivo por el que empecé a escribir en él y dejé de lado los papeles arrugados en las esquinas de la habitación.
Luego quise desatar mi vanidad y escribir algo sobre mí, como una confesión o una invitación a conocerme. Quizá incluyendo una foto con ese grado de desenfoque que lucían las mujeres en Star Trek: TOS en aquellos primeros planos, míticos y horteras.
Como idea es horrible, así que la dejo de lado alegremente y me pregunto ¿Qué se hace en estos casos?
Un diario es, básicamente, un nexo entre distintas facetas y naturalezas presentadas a lo largo del tiempo por una misma persona. Hace cinco años tenía 22, llevaba poco más de un año trabajando, tenía un grupo de amigos más extenso y propenso a emborracharse y estaba a punto de dejar una carrera por otra (La que estoy próximo a terminar ahora).
En el 2.005 tenía altibajos emocionales que ahora se llaman neurosis y no estaba hipotecado, ni tenía la responsabilidad que tengo ahora, ni un gato, ni me preguntaba sobre la necesidad de una pareja estable y además era un mentiroso compulsivo.
Cuando echo la vista atrás y me releo, sabiendo sobre qué iban realmente mis posts, el origen de cada uno de ellos camuflado entre absurdos y aposiciones, sólo me reconozco parcialmente.
Así que he decidido, mientras le daba forma a este pequeño jirón de memoria, convertir la introducción al aniversario del blog en un obituario:

"Antes de que la alegría me venza, dejadme decir que aquí yace quien fue, por muchos años, mi persona favorita. Porque, aunque he sentido miles de veces vergüenza por su culpa, y aunque tenía la lengua rápida y la conciencia ligera, en el fondo no era tan mal tipo.
Pueden acusarme, si así lo quieren, de ser parcial en esto, dadas las circunstancias. Algún dedo se levantará a señalar, con razón, que he sido un público poco exigente y le he reído las gracias a pesar de sus constantes desafíos a las buenas costumbres.
Conste que él nunca pensó que la ética no fuera necesaria y que los reproches de quienes se opusieron a su ligereza no tienen fundamento lejos de un mal entendimiento. Contradictorio, ansiaba huir de las imposiciones, intentando al mismo tiempo forzar a los demás a seguir sus pasos. Con frecuencia se quejaba de no tener cerca a nadie que le invitase a la locura, a terminar de desatar sus potenciales extravagancias.
Durante mucho tiempo pensó que la religión le había castrado irremediablemente, y temió porque sus traumas hubiesen mutilado su inteligencia. Con el tiempo fue capaz de demostrarse que hasta el nudo más fuerte puede deshacerse, siempre que se esté dispuesto a usar la espada.
Amó con fiereza y odió con pasión, se convenció de una cosa y de la contraria. Tuvo la maldita suerte de encontrar a quienes le soportaban como era y nunca le obligaron a cambiar.
Siempre intentaba parecer alegre cuando estaba rodeado de amigos, con la excepción de una de ellas, la única a la que quiso regalarle su pesada sinceridad.
Sufría dolores de estómago, era un manojo de nervios, alternaba las lecturas más dispares, concebía las ideas menos lógicas. La razón no le importaba tanto como parecer que la tenía en todo.
Hizo daño a personas que no se lo merecían.
Fue herido, se sintió traicionado por amigos en los que confiaba.
No vivía en el mundo, fumaba Tabaco Negro y era propenso a la ira. Le gustaba parodiar a los clásicos sin que los demás se dieran cuenta. Estaba chiflado por el cine de Woody Allen, por el decadentismo y por Nietzsche. Más de una vez forzaba una conversación hasta llegar a un tema sobre el que poder usar una cita pedante.
Nunca se consideró guapo, aunque le gustaba pensar que tenía "encanto". No se esforzaba demasiado en socializarse, solía esperar a que la gente se le acercase hasta el punto de rechazar, de entrada, la amistad de algunos que en el fondo le caían bien.
Hoy celebramos su muerte y resurrección. Su legado soy yo, un hombre con nuevos miedos. Porque hace cinco años, lo que no tenía sentido plantearse, viene hoy con forma de ariete. Y los amuletos contra las pesadillas, contra las insidiosas cadenas de casualidades, contra las ofensas y las amenazas ya no sirven.
Fue un buen muchacho, lo juro. Lo conocí bien, se arrepentía de muchas cosas. Pero, aunque ahora daría mi vida por él, hace unos años no tuve otra opción que asesinarlo
Descansa en paz, amigo."

Thursday, August 05, 2010

Escena de amor de una noche tonta

- Ya, ya. Identidad poblada de espejos enfrentados y eso.
- Mira lo que viene.
Entra ella.
- Rumbosos tetámenes diviso.
- Carne de privilegio.
- Está la moza pródiga en tentar.
- Que se nos siente.
- Yo me atrevo.
El rufián que se despega y acude a ver mejor a la chata.
- Hola, perrita ¿Te apetece que nos hagamos mejor caso?
- No vales, hombre de poco pelo.
- De un jeringazo te quito la tontería, diablesa.
- Tus amenazas no cobran mi miedo.
- Tengo una lengua invencible.
Y con mala intención la mano aproxima a la cintura de la minina. Suena un clac y un grito, el dandy de provincias saca un muñón ensangrentado.
- ¡Del llavero te cuelga un cepo!
- Este jamón no lo prueba cualquiera.
- Bésame la sangre.
- Bésate los huevos.
Le tira la mano a la cara y se va corriendo.

De tranqui

Entraré en el bar con el ceño fruncido. Puede que me acerque a saludar antes, probablemente no. Me gusta quedarme sentado y tranquilo. Pediré Coca - Cola y pipas, o un cubata de tubo. Nada de vaso de pinta, que mañana hay que currar. Allí estarán Merino y Casado seguro. Existe la posibilidad de que salgan los demás, Ramiro es muy probable que aparezca. Fernando según el horario que tenga en el trabajo, Tiri si encarta, Little no sé por dónde anda.
Me sentaré y empezaré una conversación ligera, o me uniré a la que ya hayan iniciado ellos, siempre que no vaya de deportes. Hoy me gustaría explicar el origen de la palabra Abracadabra, que en la wikipedia viene mal. Algo diremos sobre el fenómeno wiki, a lo mejor repetimos el ejemplo de Javier Bardem, que no tiene ya mucho sentido porque el wikipedista malintencionado predijo el futuro.
Con esto de que han localizado la colección de cómics de Dr. Slump, es probable que se le mencione. Siendo jueves, las pocas mujeres que van al bar estarán en la terraza y sólo las veremos pasar cuando se dirijan al baño. Comentario hormonal obligatorio y luego a seguir con la tontería.
Al rato alguien propondrá un chupito y yo tendré que negarme, cosa que me tocará los cojones porque pierdo una excusa para acercarme a la barra si está la camarera, que es guapísima. Si está el otro, también pierdo una ocasión de beber y empezar una escalada de violencia alcohólica que termine en profundas confidencias que no importan un carajo. Somos gente por lo demás sana y ninguno va a confesar un crimen aunque la atmósfera propenda a ello.
Cuando el bar parezca más triste, yo me levantaré sabiendo que mañana no salgo, porque el Sábado hay moraga y la Literatura Gaélica no se va a estudiar sola.
Y ya en mi casa me acostaré pensando que eso es lo que me gusta hacer, aunque vagamente consciente de que, si dispusiera de todo mi tiempo para disfrutarlo, probablemente no saldría la mitad de las veces.