Saturday, October 15, 2005

Sin noticias de Franco

Me sorprende con qué optimismo ven algunos las cosas. Cuando estamos aquí para diñarla y pasarlo mal mientras tanto. Me molesta la amabilidad que derrochan los que sonríen a la vida. He llegado al punto en que me gustaría no volver a saludar a nadie.
Sigo en La Línea, a la espera de peor destino, sin internet pero decidido a introducirme en el paramundo de Star Wars Galaxies. Voy a ser un Wookie arquitecto, alcalde de alguna ciudad absurda. Me es más fácil socializarme con gente cuya máxima aspiración es poseer y utilizar un sable láser. Mientras tanto, me entretengo con Kirby, un héroe abandonado por Nintendo desde la 64, modelo poco utilizado, cuya gracia ha sido transferida a un emulador que me permite hincharme, volar, comerme a unos graciosos enemigos o escupirlos después de haberlos aspirado. A mis veintitres años disfruto de estas tonterías más que antes, siempre he defendido de manera implícita, en todo lo que he hecho, la imaginación como bien supremo.
Hoy más que nunca deseo que otros firmen lo que escribo, ya sé que no viene a cuento.

Saturday, October 01, 2005

Vida de Onsokumaru en La Línea

Ahora solo puedo actualizar los fines de semana, y nunca se sabe cuando llega la inspiración, así que, hasta que no me instalen el ADSL en Cádiz y pueda conectar mi nueva adquisición (Un Pentium D) la actualización de esta web va a resultar un poco más complicada. De todas formas, siempre hay tiempo para el desvarío.
Ya estoy casi completamente recuperado de la depresión que me asaltó hará cosa de un mes y recibo otras buenas noticias que me alegran el corazón: mi gran amigo Robles vuelve de haber estado en Inglaterra, sufriendo la comida y disfrutando (o eso espero) de una experiencia inolvidable rodeado de desconocidos. Yo ya estoy organizando un poco mejor el cuartucho que tengo alquilado por 400 euros mensuales y pronto disfrutaré de algunas comodidades más. Mi madre me va a vender el coche, con lo que me acerco a mi deseo de vivir en Málaga y sufrir en La Línea un trabajo que, por otra parte, me da algunas satisfacciones surrealistas. Anteayer estuve convenciendo a un viejo que hablaba con eructos (Sí, de esos que se han fumado la laringe) y era dueño de una tienda de electrodomésticos y motos de contratar un fondo de inversión que es una auténtica basura, crece con el incremento medio porcentual del Eurostoxx 50, que es un índice que no baja casi nunca, pero tampoco sube. Como que está formado por las cincuenta empresas más aburridas del planeta.
Los linenses son gente amable y algo hortera, que disfrutan con la música bakala y viven cerca de una de las mayores entradas de droga del país, lo cual los convierte en personas relajadas y sin prisa. No es tan traumático estar allí como lo fue vivir en Sevilla, desde luego, y el sitio tiene mar, lo que, a pesar de que a mí nunca me ha gustado la playa, me produce un consuelo inesperado.
Bueno, aquí acaba el diario. Intentaré pasarme más tarde por si se me ocurre algo interesante y que no esté basado tan directamente en la realidad.