Monday, April 06, 2009

Perversiones

Ayer estuvimos hablando sobre la experiencia (O el exceso de imaginación) del amigo de una amiga, que fue a por sexo y salió con dos cortes(Uno metafórico y el otro de los que sangran)
Rodeáronle a este muchacho de pocas luces tres mujeres perversas y góticas que, aprovechando la circunstancia de que la víctima se hallaba inmovilizada (Cumpliendo el ritual que estas prácticas imponen), decidieron pegarle un tajo en el brazo. Así marcado será difícil que se olvide de que la lujuria también tiene un lado oscuro y es que cualquier sed desmedida supone un peligro. La moraleja puede ser: No te dejes atar por desconocidos.
Independientemente de que la anécdota fuese real y haya por Málaga mujeres con estos gustos, como cualquiera puede haberse entretenido en buscar, vivimos rodeados de perversos que mezclan cualquier cosa con el sexo por ver si el cóctel les sabe más fuerte.
Conste antes que nada que me parece totalmente respetable lo que una persona adulta quiera hacer en la cama con otra, siempre que medie consentimiento. Yo mismo tengo alguna tendencia que, para un puritano, difícilmente podría ser catalogada como sana, y puede que todos seamos perversos hasta cierto punto.
Prescindiendo de las más vulgares representaciones que pueden tomar las parafilias, he decidido hacer una breve enumeración de algunas otras que llaman la atención por su especificidad. A quien quiera suponer que he buscado activamente a través de la web información sobre estas prácticas, le confirmo sin rubor que así ha sido. Y el morbo ha superado muchas veces al orden de prioridades que mantengo entre mis intereses. Procuro, no obstante, mantenerme en el equilibrio y no hacer estas búsquedas más que por un afán informativo, sin ningún interés en que lo aquí expuesto pueda llegar a materializarse con o contra mi persona.
Así supe que hay a quienes les excita dar dinero a mujeres que lo reciben con desprecio, en una variante del sadomasoquismo, ciertamente conveniente para la que hace de castigadora. Transfieren su patrimonio a la puta de sus sueños como quien dona a una ONG, pero sin carta de agradecimiento. Aquí un ejemplo: http://www.youtube.com/watch?v=cimdEFCPvWE&feature=related .
De entre los fetiches menos comunes, también me parece curioso el de no poder dejar de excitarse ante la visión de una mujer escayolada. No he podido profundizar en este fetiche hasta el punto de saber si hay alguna diferencia entre que sea la pierna o el brazo la zona inmovilizada. A través del siguiente blog podrán descubrir algo más:
http://www.elblogdesexo.com/fetichismo-escayola-descubrelo-164302
Y voy a terminar con otra mezcla innovadora, por cuanto resume en ella sexo y gastronomía. Si alguna vez van a Roma, vayan a sus típicas iglesias, a sus típicos monumentos, interésense por las típicas leyes de extranjería del país. No pregunten por sus típicas duchas, puede que alguien les responda con una experiencia inolvidable.
Una "Roman Shower" es lo que pide todo aquel a quien le excita que le vomiten encima. El lugar preferente donde verter la comida regurgitada es la garganta del compañero de juegos, quien probablemente celebre su bautizo con otra ducha que ponga como objetivo la fuente inicial. Parece ser que una variante (A la que se le añade el calificativo de "siamesa", Dios sabrá porqué) incluye el que el duchador se cague encima mientras hace lo que hace. Y aquí pido perdón por mi falta de liberalidad. Si disfruta usted con estas cosas, lo que necesita no es dar rienda suelta a sus instintos, es el diagnóstico de un psiquiatra. Pueden conocer el nombre técnico a través del siguiente artículo: http://en.wikipedia.org/wiki/Emetophilia (Debajo dela información se hallan enlaces hacia otras parafilias que no he descrito)
Sin más que desearles a todos una vida sexual activa y sana, se despide por esta noche, y hasta la próxima.
El que escribe.

Elisiones

Tng ml cncnc y n dbr. ¿s?

Días que se olvidan

Víctor Torquemada contaba los cascos de las botellas que hacían luz en el suelo del bar. Sentado frente a la mesa pegajosa, abstraído en sus preocupaciones, fue abordado por el camarero, quien, con cierta prisa, le ofreció lo que había en la carta.
Despertado de su ensoñación y tras un cierto titubeo, Víctor eligió el campero clásico, sin mayonesa. El camarero se perdió en la cocina y Víctor aprovechó para hacer cálculo sobre el dinero que le quedaría después de pagar la comida y si le llegaría para un paquete de cigarrillos. Confirmó que sí y volvió a sus anteriores pensamientos hasta que lo sirvieron.
- Que aproveche.
No se dio demasiada prisa en terminar, pidió la cuenta, pagó y fue a la máquina de cigarrillos. Tuvo que pulsar varias veces el botón del Chesterfield, hasta que la máquina quiso reaccionar. Se metió el paquete en el bolsillo, después de abrirlo y poner un cigarrillo en sus labios. Lo encedió con el mechero que guardaba en el bolsillo izquierdo de su camisa.
Dijo adiós al camarero y se metió en el coche. El retrovisor estaba un poco movido, hizo un pequeño ajuste. Sacó el estuche de las gafas de la guantera y se las puso. Empezó a conducir de vuelta al trabajo. Aquella tarde fue muy tranquila, casi tanto como la mañana y terminó antes de tiempo. Le preguntó al supervisor si podía irse y, como obtuviera permiso, guardó alguna documentación en el cajón y salió del edificio mientras sacaba el paquete de cigarrillos, el cual ya estaba casi vacío.
Fue directamente al dormitorio y dejó la chaqueta colgada. Luego se dirigió a la cocina y puso agua a cocer. Encendió la televisión y cambió de canal hasta encontrar un programa sobre deportes.
Cuando terminó de comer, se dio una ducha. Volvió al salón y vio la tele un poco más, el presentador se estaba quedando calvo a tal ritmo que podía notarse el progreso de sus entradas de semana en semana. Cuando empezó a bostezar apagó la tele con el mando, fue hasta su dormitorio, recogió el edredón del suelo y lo dejó apoyado contra una silla y se echó a dormir.