Tuesday, February 10, 2015

La noche del revivido

Esto funciona así: Estás con los apuntes delante y piensas "Preferiría morir a estar haciendo esto, ¿por qué coño no puede un señor mayor y decente como yo estar borracho un martes? I wanna party like Miley Cyrus". Pero, claro, luego llega la fecha de la liberación y lo que queda de ti se puede recoger con una pala. Después de 8 asignaturas cuyo contenido apenas recuerdas no quieres tener la más mínima actividad intelectual y mantener conversaciones se te antoja un esfuerzo imposible. Además, te han regalado el DVD de "La mosca 2" y llevas semanas diciéndote que no puede haber película más apetecible. Así que ese fin de semana no sales ¿Adivinas qué más? Te das cuenta de que, por la puñetera ley de Murphy, ése va a ser el finde en el que ocurra todo: Las mozas más bellas saldrán a bailar con tipos que sospechosamente se te parecen, los cubatas que tomes no provocarán resaca y habrán sacado un cigarrillo que cure el cáncer, pero sólo lo venderán ese Sábado, luego la empresa quebrará. Te traicionas, sales y... sorpresa... es un fin de semana como todos los demás. No pasa nada nuevo. Te sientas en el bar de siempre, te bebes la misma porquería, hablas lánguidamente de política, de informática y haces chistes verdes y vuelves a casa, dando tumbos con el coche, porque eso de que uno se inmuniza al veneno si lo toma prolongadamente es falso. Y encima es el día del amor, y que me jodan si quiero ver puñeteros corazones rosas colgando del techo. Amantes: ¡Pudor, coño! Que uno no se va a África a darse festines delante de los negros escuálidos.
Así que acabas por mirarte en el espejo. Ese espejo cabrón que te la lleva jugando desde que lo compraste y te haces muchas preguntas, una detrás de otra, como si fueras a resolver algo echándote la culpa o quitándotela. Pero echársela es más reconfortante, porque cuando te pones a ti mismo como límite, aún puedes engañarte convenciéndote de que conservas algún poder sobre el Universo.
Al día siguiente, si tienes suerte, acabarás vomitando y estarás como una rosa, te decepcionarás con "La mosca 2", jugarás al ordenador y alguien dirá que la noche de ayer estuvo "guay". Tenemos mucha culpa mis amigos y yo en la devaluación de ciertas palabras.
En el peor y más probable caso, tu cuerpo de más de 30 decidirá no expulsar lo que bebiste, sino metabolizarlo en un inescapable dolor de cabeza que vendrá acompañado con la sensación de tener grietas en la garganta, arrepentimiento, recuerdos caleidoscópicos de cuerpos fofos bailando, repetición y anomia.
Y esto, amigos, es lo que sucede cuando te tiras tanto tiempo como yo sin mojar el churro. En la siguiente entrega de nuestra serie "Vivir es un coñazo", les explicaremos porqué parecer autista cuando te presentan a una gringa guapa es sólo un poco mejor que proponerle matrimonio en cuanto hueles su perfume.