Sunday, December 04, 2005

Mi big little drama

Cabeza 1: El sentido de la vida... la vida no tiene sentido. Creo. Bueno, es lo que enseña Monty Python y ellos eran genios, y yo un disminuido, sin porvenir siquiera, gracias a mi otro lado. Mi lado oscuro.
Cabeza 2: Hay que pasarlo bien. No queda otra. La vida es corta. Me gustaría ser de otra manera, quizás entonces podría dedicarme al estudio de mí mismo y a causas más elevadas. Ahora mi única preocupación es emborracharme y tomar cocaína y todo lo que pueda hacer que el tiempo pase más deprisa.
Cabeza 1: Está loco. Y es un irresponsable. No respeta nada ni a nadie, y compromete nuestra salud sin importarle lo que yo opine.
Cabeza 2: No sabe divertirse. Quizás no sea consciente de la situación, somos lo que somos y tenemos razones para actuar de manera irresponsable. Esta terrible dependencia nos da el derecho de acelerar la muerte.
Cabeza 1: A mí la religión me consuela. Creo en Dios, aunque no es un Dios con unos atributos concretos. Creo más bien en alguna forma de energía infinita. Un arquitecto del Universo. El Demiurgo.
Cabeza 2: Yo no sé qué creer. Supongo que en nada. A veces me pregunto si no seré débil, porque no puedo acostumbrarme. Ni ver a la gente normal sin sentir frustración. No sé.
Cabeza 1: Intento comprenderlo, pero no puedo. He hecho mi carrera, he intentado superar, en la medida de mis posibilidades, todos los impedimentos que me ha planteado la vida y él, siempre destrozándose. Nunca ha hecho nada que tenga significado. Yo he intentado ayudarle en todo lo que he podido, pero ha sido en vano.
Cabeza 2: Nada de lo que haga va a poder servirle en el futuro. Un día le propuse tocar la guitarra, necesitaba expresar lo que llevo dentro, con una canción. No quiso. Ni pintar. Ni le gusta el arte. Está absorbido por sus estudios.
Cabeza 1: Escribe poemas con muy mal estilo.
Cabeza 2: No es consciente de que se burlan de él.
Cabeza 1: Recuerdo un día que salimos, bueno, para despejarnos y conocer gente. Conocí a una chica. Y parecía interesada en mí y en mis problemas. Estuvimos hablando durante una media hora sobre esto y aquello, hasta que apareció él.
Cabeza 2: A las mujeres les gusta que vayas al grano. Yo quise acelerar las cosas. Se puso como loco cuando se descubrió que la tía era una estrecha.
Cabeza 1: Es un cerdo.
Cabeza 2: Es un imbécil.

La cámara hace un plano general. Se trata de dos tipos, de espaldas, y con el mismo jersey, como si fueran siameses. Cabeza 2 se lleva un cubata a la boca, sostiene con la otra mano un cigarrillo.

Cabeza 1: A veces me planteo si no sería mejor quitarse el jersey y cada uno por su lado.

FIN