Las que se libraron de la muerte
Razones para matar y para que nos besáramos, que crecen porque los muertos las abonan. Voluntades disueltas en el aire, flotando en ríos que yacen sobre las espaldas de un Coloso tumbado, alborotando, arando el camino del recurso ¿Necesito presentar un cementerio para que me creas? La caridad es un don que rebota, hundiendo a quien la recibe y elevando a quien la dispensa. Sí. Lo parece y lo es, un difunto reciente.
Toda la información que encuentro últimamente escora hacia los cadáveres de sus hermanas. Se eleva un poco, pero rápida se desvía ¿No ves que tus siamesas cadáver tuercen tu vuelo? Por eso parece (Es) que el pensamiento hoy huele a podrido ¿A qué olerías tú si tuvieras que llevar la sombra de tu padre sobre los hombros, como una capa?
¿Estoy lleno de ideas? ¡Ja! Lleno de gusanos, más bien. De insidiosos, blasfemos, amarillos y crujientes gusanos. Y la sal del mar no los mata, y la luz de la luna los hace resplandecer, y la música no los amansa. Cabreado, y agusanado, y, y... mmm. No, a ver... Delicious! ¿Gusanos rellenos de mermelada? Bien, no diré que sea la mejor presentación de un producto, pero... sí, me voy a comer unos cuantos más ¿Por dónde iba? Ah, sí. No, la historia no se acaba. No se acaba nunca. El próximo capítulo, Munroé, ya está semi-concebido (En escribir sólo tardo más de un día cuando no me gusta lo primero que sale) Pero va a tardar. Tiene que tardar, no me echéis la culpa. Estoy de exámenes, carajo. Mucho que hacer, nada de tiempo... maldita presión... me hace decir cosas que no pienso. Y, mil veces peor, también me hace decir cosas que pienso pero me suelo callar.