Thursday, October 11, 2012

Alegoricoñazo

El simple pájaro plantó su nido en el tejado de la casa de aquel señor que no quería decir nada y no lo dijo. Todo vestido de blanco, ahuyentó al animal y éste se fue volando lejos y le dejó los huevos puestos. Era de los que tardaban en reaccionar, como queda claro por el tiempo que medió entre lo que pasó y su respuesta, pero con ello no estoy diciendo más de lo que aparece aquí escrito entendido como una sucesión de hechos vacíos de otro contenido que no sea su propia facticidad.
Una niña estereotípica, con un perro normal y que no estaba buscando su alma, ni a parientes perdidos, ni mucho menos significados, recoge en una bolsa extraída del paquetito que cuelga de la correa las deposiciones del animal.
No es ni feliz ni infeliz, tiene los atributos que le corresponden y no hay aquí tragedia, morirá en una cama de Hospital dentro de 70 años o así. Su hija estará cerca de la cama cuando suceda.
Entonces llega él, y luego otro él, y luego un viejo. Cruza la calle para llegar a un bar donde vuelve a contar la misma anécdota que tampoco tuvo gracia la primera vez.
No tiene fantasías estroboscópicas. Sí tiene alguna factura pendiente y muchas quejas contra los Bancos, malditos sean los ladrones.
Hay una salamanquesa subiendo un poyo. Y palomas respetando escasamente el semicírculo dentro del que una mujer de mediana edad tira migas de pan.
Y ella se hizo una foto esta mañana, lo añado para que quede algo más perfilada. Es el tipo de persona que, eventualmente, se puede hacer una foto. De todas formas, era para un carnet de Biblioteca o algo así. Puede que haya llegado hace poco a la ciudad, pero parece familiarizada con el parque donde está. Quizás todos los parques sean más o menos el mismo. Son cosas que puedes llegar a pensar a veces, buscar... semejanzas. Pero tampoco hay que darle demasiada importancia a una idea, porque puede acabar haciendo que una historia sencilla pese demasiado y se hunda.
¿Os imagináis que pasaría si la Señora fuera una especie de espíritu de las zonas verdes? Capaz de pasar de una a otra, por mucha distancia que las separara. Montarse en una barca en el Retiro, aparecer en el estanque de los patos de cualquier pueblito de la Sierra.
Es creíble que tenga poderes, después de todo, no tiene una personalidad que la haga demasiado recargada. Y hay ahora un punto de misterio y una explicación a porqué parece conocer aquel lugar como si hubiera estado antes.
Y el Señor vestido de blanco del principio tiene toda la pinta de ser un ángel ascendido a guardián.
Pero los otros son bastante más normales, por más que dentro de 70 años una mujer vaya a tenerse a sí misma como hija, por más que la anécdota que aquel viejo repite no la cuente siempre exactamente igual y que, al hacerlo, cada pequeña variación introducida modifique la propia Historia, su recuerdo y por ello el recuerdo de todos pero dejando imágenes tenues de sí mismo, residuos temporales que le acompañan, translúcidos.
Si pudiera recordarse feliz...
La imaginación es demasiado grande como para contenerla en una alegoría. Los huevos de pterodáctilo se están abriendo.