Tuesday, December 26, 2017

La paz no dura

La primera página de los 35. Todavía palpita el dolor. Aún me veo en la obligación de corregir a los otros. No quiero meterme en las vidas de los demás y no sé evitarlo. El hombre que quiero ser sigue lejos. Me encantaría poder tirar los dados y cambiar por completo. Aburre tanta repetición. Pero hay logros pequeños.
Independencia. Soy independiente, más que nunca. Individualista rayando en lo grosero, me siento lejos de los demás y, a la vez, creo que los entiendo mejor que antes. Eso me distancia también.
Triste, pero no melancólico. Y con tendencia a agobiarme. Mala racha laboral que dura demasiado y que, a veces, me hace fantasear con la idea de que todo explote. Pero si explota, adiós mi pequeño imperio de pelusas gigantes y libros de colores.
Prudente, también porque me hago viejo. Más cauto, pero aún se me puede convencer de hacer estupideces.
Y un poco aburrido respecto a lo que puede significar el futuro, porque seguramente serán otras formas de pérdida. Al final, si echo un poco la vista atrás y sin ánimo de presumir, he hecho un poco lo que me ha salido de los cojones. Pero ha sido como comerse el postre antes del plato principal, ahora todo me sabe peor.
No tengo ni idea de lo que vendrá. Solía hacer más planes y rellenaba libretas con proyectos que están llamados a no materializarse. Me gustaría algún día terminar alguno de los trescientos cuarenta amagos de novela, de programar ese videojuego que ha pasado del GameMaker pre compra por YoYo Games a Unity pasando por Libgdx. En la Universidad sigo por defecto, porque lo que no se ejercita se oxida, pero siento que más que aprender, sustituyo conocimientos.
Detesto a los que tienen poder sobre mí, la última causa de todo conflicto en mi vida ha sido la incapacidad de los demás de tener en cuenta mi libertad en sus cálculos. Tampoco soporto la ignorancia militante, la mala fe intelectual, los razonamientos pesados que no llevan a ninguna parte. Me gustan los climas fríos, los paisajes verdes, la ironía, el sarcasmo y gesticular exageradamente. Me encantan los animales. Tenerlos y comerlos. Me gusta el cómic norteamericano escrito por ingleses, la ingenua ciencia ficción clásica de los 50 y 60, la música para adolescentes y pasear.
Me gusta que vivir merezca la pena, pero necesito que se resuelvan ciertas incógnitas y salir victorioso de algunas batallas antes. Y ya no me siento tan joven.