Friday, August 14, 2015

Décimo aniversario: Ha llovido

En el post que inauguró el blog, allá por Agosto de 2005 escribí:

Quiero dejar otra cosa a la mitad. Como mi web, mis estudios, mi personalidad. Disfruto con las lagunas y los comienzos. 

Y hoy he olvidado a qué web me refería. Respecto a los estudios, desde aquella primera vez que escribí por aquí, pasaron de ser la Licenciatura en Económicas a llevar las carreras de Filología Inglesa y Filosofía simultáneamente. La primera está terminada y para acabar con la segunda sólo me faltan cinco créditos. Acabo de matricularme en la tercera. Ya no puedo decir que mis estudios estén "a la mitad". Los tengo como un proyecto que no finalizará hasta que las fuerzas me fallen. Sobre la personalidad... Creo que sigue siendo más o menos cierto que ando inacabado, como también lo es que disfruto con los comienzos. Las lagunas no son tan placenteras, pero sí inevitables.

Ésta es la pequeña historia de un diario que me ayudó a sentirme bien cuando lo necesitaba, que me permitió declamar ante un auditorio prácticamente vacío y que aún me proporciona una guía para entenderme. Y antes de que el tiempo entierre los significados de las cosas que un día me importaron y contra mi costumbre, voy a levantar la mortaja y ver qué apesta tan deliciosamente debajo.
La concepción de "¿La realidad? No gracias" comenzó en un bar que hoy está cerrado pero que mis amigos y yo seguimos recordando como el escenario de una de las épocas más intensas que hemos vivido. Tanto la dirección url como el título fueron tomados de dos cosas que me encantaban por aquel entonces: "¿La realidad? No, gracias" es una frase de la serie "Doctor en Alaska", donde el Doctor Fleischman la usa como respuesta a Maggie, y "A veces se me olvida" es el título de una canción de Quique González  cuyo estribillo dice así:

"Y a veces se me olvida que sólo soy espectador, 
a veces las canciones se convierten en ceniza
y el corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón
y la ciudad palpita con horario de oficina"

Es una buena canción, aunque ya no es mi preferida (Ni siquiera mi preferida de todas las de Quique). En todo caso, el nacimiento de este blog se lo debo a una muchacha de la que nunca supe su nombre. Como digo, existía este bar (Tenía un nombre, pero nosotros lo llamábamos "El cerdo rosa" o "El cerdito" en honor a otro que habían cerrado antes de que yo llegara al grupo) y era común que, sin avisarnos los unos a los otros de que íbamos a ir, directamente nos encontráramos allí. Hasta el punto de que, aunque me obligaba a andar veinte minutos hasta la parada de tren e iniciar un trayecto de 40 (Esto fue antes de que tuviera medios para conducir, y mucho antes de que la poli me pillara borracho como una cuba en un coche sin la ITV pasada) iba allí a ver qué me encontraba. Hace diez años los blogs todavía estaban "de moda" y casi todos mis amigos tenían uno, que más tarde sustituirían por un fotolog, definitivamente más cómodo que ponerse a escribir largos chorizos de letras que nadie acababa leyendo.
Pero me vuelvo a ir por las ramas. El caso es que por aquel entonces me sobraba el tiempo y una de las noches de ese fin de semana no habían acudido mis compañeros habituales de cogorza, con lo que me vi rodeado de conocidos que me tuvieron que soportar a su pesar. En un momento dado, estando yo en grupo ajeno, entraron por la puerta del bar unas dulces señoritas. No recuerdo si eran de Madrid o más al norte, pero el caso es que una de ellas se me acercó y me preguntó si yo era "noséquien". "Noséquien" era el nick que usaba en blogger uno de estos conocidos míos. Habían hecho amistad con ellas a través de Internet, pero no con una web de citas (Que no eran tan populares) ni siquiera mediante chat. Se leían los unos a los otros los blogs y habían congeniado tan bien que ellas habían decidido bajar y hacer una visita. La chica que me abordó estaba muy buena. En ese momento decidí que yo no tenía derecho a privar ni un segundo más a potenciales millones de lectores de mi indiscutible talento.
No sé si al día siguiente o a los dos días escribí la presentación, y como por aquel entonces estaba bastante enganchado a Eduardo Mendoza y Edgar Allan Poe siempre me había gustado, me propuse una fusión que hoy, leída diez años después, me parece una atrocidad y un insulto, pero que por entonces me hacía gracia al releerla.
No pasó mucho tiempo hasta darme cuenta de que, en realidad, bloguear no era una buena manera de conocer gente. Pero, aún así, seguí escribiendo. Y empecé a usarlo como un diario un poco extraño. Porque alternaba historias mías con las de otras personas, pero siempre disfrazadas. El que el Septiembre que siguió a ese Agosto de la fundación fuera uno de los peores momentos de mi vida, porque destapó una mentira que llevaba demasiado tiempo escondiendo a la gente que más me quiere, y el que las repercusiones no llegaran a rozarme (Una especie de síndrome de superviviente del suicida) me movió a escribir más. Entonces se inauguró también un "tono", un "arrebato" que sufro a veces, donde intento construir laberintos de palabras con emociones vulgares. Sé que soy insoportable a veces, pero el efecto terapeútico de disfrazar el dolor a la vista de todos no me lo quita nadie. Y han sido diez años llenos de altibajos.
Si tuviera que escoger con qué posts me quedo, sin duda serían aquellos donde me limito a hacer un relato sin moraleja para los demás ni para mí mismo. Los sentimientos que vertebraban mis textos más personales ya caducaron en la mayoría de los casos. Hay "poesía" que parece hecha pegándole martillazos a una botella de limpiasuelos, más de una dedicatoria a amigos que no me leen, existen amagos de novela que no concluyeron y a las que siempre he querido volver. Y hay algun post que me avergüenza de una manera distinta, pero que sirvió a su propósito en su momento. La próxima vez, me suelo decir, actuaré con más madurez, pero hay recurrencia en mis pecados. Creo que no cambiaré en ciertas cosas.
También me corresponde hoy mencionar el "sótano" de este blog que, contra pronóstico, lleva actualizándose desde hace tanto tiempo. Con ésta se suman 440 entradas. Por supuesto que ni el 50% se hallan publicadas. Muchas de ellas no pasaron de ser una frase. En otros casos, un borrador vacío con un título. A veces desarrollo algo más y dejo una historia a la mitad. Y, excepcionalmente, retiro un post porque pienso que puede herir a alguien sin necesidad. Hubo más de un caso durante mi penúltima relación (Que fue convulsa de una manera subterránea y dolorosa) pero no es algo tan nuevo. El 9 de Diciembre de 2007 escribí y enterré una entrada llamada "No sólo de salmón vive el oso". Hoy soy incapaz de adivinar a quién iba dedicado, aunque tengo a alguna sospechosa en mente:

El post al que éste ha sustituido ha sido convenientemente autocensurado, a fin de evitar conflictos, ceños fruncidos, intentos de asesinato, decepciones, revelaciones, decepciones, fanatismos que no nos conducirían a nada y, en definitiva, una desastrosa guerra civil en la cual hallaríamos nuestra ruina.

Este post, sin embargo, quizá por conservar parte de la esencia que soportaba al otro, quizá porque el estilo resulta revelador o por la intención pragmática del estimado lector, conserva, a pesar de todo, grandes trazas de ironía que no debe causar a quienes puedan sentirse identificados más que un grande sentimiento de orgullo por ser protagonistas dentro de la obra de tan prometedor artista, como lo soy yo mismo, y prolífico, si descartamos a los negros que usé para mi novela "El barco que nunca llegó a puerto"

A pesar de todo lo dicho, ofrezco mis disculpas de antemano, dado que, aún cuando mi intención no era ofender en ningún caso, hay personas cuya susceptibilidad les mueve a entender dobles sentidos donde no hay más que graciosos guiños. En todo caso, y a fin de que de mi texto no derive ninguna mala sensación, ruego que todo aquel que pueda sentirse ofendido me lo diga. Así yo, sin más explicaciones, eliminaré el post y, como se suele decir, aquí paz y después gloria.

Y, sin más, finalizo este prohemio, feed me with your feedback y disfruten los que puedan, pues no otro es el fin del arte sino el del sencillo deleite.

El plantígrado desinhibido

El oso goloso metió el hocico húmedo en el cepo y sucedió lo previsible.

Fin

Espero que les haya gustado, pues en esta obrita hay más empeño del que parece y todo está bien traído, al abrigo de una buena historia que justifica esas pequeñas licencias que no puedo evitar. Dentro queda del artístico oficio buscar el camino más largo para una realidad intuida.
Y sólo una vez más, permíteme, resignado lector, que me tome algo de espacio para pedir perdón a todos esos osos que van a acabar con el hocico cercenado y que merecen tanto afecto como los cepos que sólo son, en definitiva, víctimas de su especie.

Gracias por su cariño y su atención


Un año después empecé a interesarme por la programación (Es una afición que se ha ido consolidando con el tiempo) y empecé con mis primeros torpes experimentos, que publiqué muy ingenuamente con la intención nunca consumada de darle un aspecto distinto al blog. Hasta hace poco, blogger me insistía en que cambiara la plantilla. No sé si lo hice para que todo siguiera como siempre o se rindió conmigo. Pero si sigo teniendo como temas la sinestesia, el orden contra el caos, y el juego de velos, no creo que cambiar el esquema de colores me vaya a salvar de la repetición. A fin de cuentas, el 21 de Enero de 2015 enterré otro post sobre corazones rotos, demasiado parecido al que figura un poco más arriba.
Voy a decir, como conclusión, que prefiero no volver a escribir al ritmo al que lo hacía antes. Indica tiempos convulsos el que esté demasiado activo por aquí, y significa también que no me dedico a cosas más importantes. Quisiera retomar esa historia donde hay gente encerrada en cúpulas y la religión se enfrenta a la ciencia por enésima vez, y ambas son las malas del cuento. Quisiera algún día finalizar la historia de Guaka, de la que escribí la primera parte también en 2005, ya planeando que traería el cierre de este irregular libro de mi vida. Quisiera escribir mi cuento de navidad de nuevo, protagonizado por el Sr. Foster, quisiera poner algún cómic más por aquí, quisiera haber hecho muchas cosas de manera distinta, pero también hay otras que han supuesto las mejores decisiones de mi vida. Y todo está aquí. Para quien sepa leer y para quien quiera leerlo.

Un beso a todos y muchísimas gracias
Roberto