Sunday, July 29, 2012

Brindis superficial

Crisis, porque hay que escribir sobre la crisis, hablar sobre la crisis, establecer que la crisis es reconocer la crisis o negarla, pero revolcarse en el fango de la crisis como si no hubiera problemas más sustanciales, más ricos en esquinas. Angulosos, ambiguos, puede que fantasmales contra el límite de la muerte. Lo peor de este largo período está siendo probablemente el que, entre tantos lodos, hasta la vanidad se queda sucia y nos da vergüenza tender nuestras contaminadas ideas al sol. Preferimos dejar que se terminen de pudrir a orearlas. Y que el sentido del humor pueda generar complejo de culpa, y hablo del humor que no denuncia, que no quiere cambiar nada, que es puro absurdo y juego. Prohibido frivolizar mientras nos clavamos los cuchillos del hambre en las tripas, torcemos el gesto y nos terminamos de desecar.
A esta hora hay un concierto variado pero intenso desplegándose en TVE. Me ha enganchado a él Victor Manuel y a Pastora Soler la debo haber soportado porque acabé escuchando un tango instrumental y ahora hay una mujer repasando la quinta vocal frente al micrófono. Víctor Manuel me dio la idea para este post. Ha sacado una canción sin metáforas, muy suya y con unas rimas correctas. En un par de versos se entristece de que estemos vendiendo las joyas de la abuela y que vamos a acabar sin nada. Puede que eso sí fuera una metáfora, pero hizo un gesto como de contar oro mientras lo cantaba que me ha dejado un poco desconcertado. Sus pupilas se dilataban. Su lengua se... da igual.
El caso es que coincido con él en que no hay que vender las joyas de la abuela aunque uno esté pasando hambre. No porque sea triste, no porque asesines un recuerdo, es que haciéndolo alimentamos a ese monstruo del horterismo más extremo que se manifiesta a través de los negocios de "Compro oro". El snob que llevo dentro ya se revelaba contra los Hispameres, Cofidises y otras empresas dudosas que daban el préstamo de la desesperación, como el último clavo del ataúd. Ése que pedías cuando el Banco te había dicho que no y te apretaba la hipoteca y lo del coche. Si lo de pagar deudas con deudas se quedara en lo económico no sería tan grave, pero me temo que en lo conceptual andamos dando unas vueltas parecidas.
Un amigo mío le ponía nombre a una especie nueva de jóvenes sobreinformados a los que hoy les da por escupir sus soflamas contra el fútbol, que de repente es el opio de las masas y que nos impide pensar en las cosas importantes, esto es, en cómo estamos siendo estafados por los poderosos. Apuntaba también, con mucha razón y creo que aludiéndome que, a aquellos a los que el fútbol nunca nos ha gustado (Más por parecernos una pérdida de tiempo que un auténtico enemigo de la inteligencia) nos iban a acabar confundiendo entre tanto grito.Y a mí esto de los nuevos anti-futbol me parece como de un Marx que quiere conservar la Playstation después de la Revolución o de un Mao que es vago para las matanzas y prefiere ir pegando collejas con las palabras y quemando sucursales bancarias con pancartas incendiarias (Que no incendiadas).
Si quieren prohibir las distracciones, que se apliquen el cuento y empiecen con las suyas. Hacer politiqueo de salón, bien lo sabemos los pedantes, es otra forma de entretenimiento, de apartarse de los problemas. Si estuviera con ánimo para profundidades, diría que toda conceptualización es distracción de la esencia demostrando una vez más que, en mis posts, las más de las veces el sentido de las palabras sólo llega después de haberlas escrito.
Pero en lugar de eso voy a recomendar una terapia alternativa que me está yendo mejor que reflexionar y atormentarme y que me va aligerando lo de vivir en un mundo, absoluta contradictoria culpabilidad judeocristiana, tan lleno de mártires y mutilados con los miembros intactos, guerreros de uñas limpias:
- Paul Naschy.
 Ayer vi una espantosa película en la que salía, hoy vi un horrendo aborto escrito y dirigido por él y mañana voy a ver si encuentro la que tiene peor calificación en imdb. No hay nada mejor que ver a un hombre lobo más falso que un duro sevillano tomándose su tiempo en desabrochar a una dama que se contorsiona para luego abrirla en canal. Tetas y sangre, amigos, carne de las dos clases. Porque puede que no tengas para la factura de la luz y que tu casero esté a punto de echarte y convertirte en un sin techo, pero reconoce que estarías infinitamente más jodido si, encima de todo, a un lobo bípedo le apeteciera cenarse tu hígado. ¿A que tengo razón? Pues eso, relativiza que es gratis.

Monday, July 16, 2012

Demonio

Hay un tipo con chaqueta de cuero, mira hacia abajo, frunce el ceño, hace todo lo que puede hacer para parecer amenazante, chulesco, inaccesible y atractivo. Es el tipo de persona que señala a un camarero y pide "lo de siempre" y, si le sirven otra cosa, se la bebe también porque no le gusta dar explicaciones. Ya tendrá palabras para el que le atendió más adelante, palabras como "por favor" o "me has cortado el rollo", pero la estética tiene que mantenerse porque puede haber mujeres mirando.
Junto a él hay un hombre hipnotizado por las llamas danzarinas que persisten en su párpado después de haber mirado demasiado fijamente aquella luz. Tiene también una cantidad de alcohol considerable en la sangre, cerrando los ojos se separa del mundo y puede transformarse en la persona que sabe que es en su interior, aunque nadie le reconozca. Tantos talentos ocultos pero los ignorantes le circundan.
Ella se ajusta el escote, quiere bailar. No sabe cuál es su razón para contonearse, no piensa en rituales de apareamiento ni en que sus movimientos estén orientados a demostrar a otros cuan flexible es y cuál es la capacidad de sus piernas para abrirse, dejando paso libre a quien potencialmente pueda fecundarla para satisfacer algún instinto enterrado por la socialización y las preocupaciones. Quiere bailar y baila. Sola, pero baila.
En el baño se mira al espejo. Levanta su pelo para ver hasta dónde llegan las entradas. Abre la boca para comprobar que su lengua rasposa sigue siendo del mismo color. Tira hacia abajo de su ojera. Se empuja el hombro con la mano. Recoge el cubata que hay al lado del grifo. Sale.
Hay un demonio marcando el ritmo con el pie, pero no lo hace demasiado bien. Las más de las veces la melodía se le escapa y tiene que volver a empezar, reincorporándose tarde y provocando que alguien recupere su alma en un reino subterráneo que ningún mortal ha visto. Su atención se desvía hacia el hombre que está apoyado en la barra. Sigue mirando una llama de color rojo proyectada contra su párpado. El demonio conoció una vez a la llama y sabe que una vez fue un hombre al que Dios castigó por prender fuego a su casa mientras su familia dormía dentro.
- Arderás para siempre en las miradas de los hombres. - Recordó mientras daba otro trago a su copa. Quizá haya sido suficiente penitencia. Quizá no. No le compete.
Terminada la copa, sale del bar. El hombre de la chaqueta de cuero está borracho. El que estaba en el baño baila con la rubia. El camarero le pregunta al que tiene los ojos cerrados si está bien. Algo intuye pero no sabe que parte del humo que hay en el bar no proviene de las máquinas que tienen instaladas en el techo. Los ojos del interpelado están ardiendo literalmente y pronto caerá al suelo, carbonizado.
- No me compete - Vuelve a decirse el demonio y baja la escalera de dos en dos peldaños.
Un mendigo rebusca entre la basura y se alegra al encontrar el ala de una gaviota. Empieza a morderla con fruición. Éste es el año de la serpiente.



Monday, July 09, 2012

La guerra que no libraremos

El mundo gira, no lo debemos detener
quizá, algún día, súbito extraño
las golondrinas, a la hora de comer
cuelguen, de nuevo, muertos de los tejados.

Porque una huida es una apuesta hacia atrás
dejé mi espada hace ya varios años
en la cruzada que nos queda por librar
nos quedaremos con los brazos cruzados.

A veces tiempo, a veces lágrima de perdedor
la muerte corre por mis vasos sanguíneos
si caigo al suelo, alguna planta vivirá mejor
si me desdigo, no seré asimilado.

Este un tiempo de horadar la memoria, sembrar los temores, blanquear las recetas del mal
es un camino de lunes a muertes, de falsas caídas, de sangre caliente y ya
me veo despertar
al mundo otra vez.
Estamos cansados de tanta niñez.
Quiero sembrar
un árbol de balas.

El mundo esquiva una daga que nació
del corazón del suicida invertido
con tanta hambre, hay que batir contra el dolor
alas cortadas de ángeles caídos.