Tuesday, December 31, 2013

Robot Monster cena sólo

Ro-Man contempló por última vez la ciudad, antes de pulsar el botón y lanzar su rayo mortal. Los edificios sucumbieron mientras hombres, mujeres y niños huían desesperada y fútilmente. El gran gorila del espacio aprovechó que los sensores proyectaban aburridas imágenes de cuerpos carbonizados para ir a la neverita que había instalado cerca del LPI.
- Hmmm - Inspeccionó con apatía cada uno de los rincones del refrigerador - Ni un poco de chocolate. Esto es un error. ¡Un error!
Y volvió a la consola, a suspirar, a pensar en las cuotas del deslizador, en las vacaciones que no podía pagarse, en cómo se estaba haciendo viejo sólo. En ese momento, uno de los pilotos se encendió:
¡Alerta, rebelión! - Sonó con voz mecánica el ordenador. Y Ro-Man se acercó pesadamente al micrófono, cogió el formulario P-237 y comenzó a leer, intentando respetar las indicaciones que sobre la entonación aparecían reflejadas a pie de página:
- ¡Insolentes humanos! Vuestra especie está condenada. La solución más lógica es que os rindáis y recibáis una muerte rápida y dulce. ¡No prolonguéis vuestra agonía! Somos una especie superior de más allá de las estrellas y no conocemos el significado de la palabra "sentimiento". Las armas de todos vuestros ejércitos no podrían hacer mella en el casco de una de nuestras naves. ¡Rendíos o pereced de la manera más horrible!
Mientras la respuesta a su mensaje venía en forma de gritos de desesperación, Ro-Man volvió a levantarse para acudir a la nevera. Había caído en que, quizá, si había leche, podría comerse un bol de cereales chocolateados, si es que no habían caducado.
Vertía el contenido del paquete y meditaba sobre lo monótono de su trabajo. Las cosas habían sido distintas al principio. Se recordaba lleno de ganas de aprender y detrás de la escafandra se le dibujó una sonrisa al rememorar la primera vez que se había visto obligado a manipular él mismo la extremadamente complicada "Máquina de burbujas mortales".
- Otros tiempos, mejores tiempos. - Dijo en voz alta. - Debería de sentirme orgulloso. Al fin y al cabo hoy en día es casi imposible conseguir una buena plaza como conquistador espacial. Y el sueldo no está tan mal. Si no fuera por las amenazas de muerte de mi supervisor...
Las globo-cámaras habían cambiado de posición. Una madre apartaba los escombros que, sobre la pierna de su pequeña, impedían que ésta se levantara. Ro-Man contempló con pasividad la escena. Esperó a que las dos estuvieran en pie y moviéndose hacia el refugio que otros supervivientes habían improvisado en una Iglesia semi-derruida y cuando empezó a percibir en ellas una expresión de alivio, presionó el botón que las desintegró ante la mirada aterrada de los otros. Marcó en el formulario de control R-191 la casilla "Crueldad innecesaria" y apuntó la hora. Y volvió a sus cereales.
Estaban un poco pasados, pero se podían comer.