Sunday, July 23, 2023

La falsa épica de Sánchez

El significado del título adelanta que se va a dar por éxito de Sánchez lo que no es más (Siempre lo es, sea cual sea el que ostenta el poder en ese momento) que un fracaso del aspirante. No estoy en contra de construir un relato literario a partir de un personaje tan interesante como lo es el Presidente, pero hoy se trata de analizar, no de escribir un cuento de piratas.
Puede que por pesimismo o por lo contrario (No es optimismo, es miedo al pesimismo e incluso miedo a no ser lo suficientemente pesimista), mis estimaciones para estas generales han resultado más acertadas que las de la mayoría de las encuestadoras, específicamente las de aquellas cuyo prestigio las elevaba a poco menos que infalibles augures. Me parece que a partir de mañana a Narciso Michavila no lo van a llamar ni desde Tele-Torremolinos.
Mis predicciones, por otro lado, no salieron de una tirada afortunada de dados, ni de mis permanentes ganas de llevar la contraria. Definitivamente no cogí un listín telefónico y me puse a hacer mis propias encuestas.
Voy a reconstruir mi razonamiento. Aquel que me convirtió en la persona a la que hay que preguntarle a partir de ahora para saber qué sucederá en próximas elecciones:
Lo primero que tuve en cuenta es el factor reacción.
La izquierda a la izquierda del PP pudo estar más desactivada en las municipales, porque no le habían visto las orejas al lobo. El baño de realidad que recibieron les hizo pensar que VOX iba a tener un poder indeseable sobre sus vidas. Y eso los llamó a votar porque se imaginaban con un número tatuado en la muñeca o algo así.
Lo segundo que pensé es que el candidato recordaba demasiado a un Rajoy sin barba. No es alguien a quien se quiera volver a votar, sobre todo desde la derecha. Hay que tener en cuenta que ciertos complejos han ido desapareciendo. Hace 20 años tenías que presentar a alguien que alejara cualquier conexión con el fascismo mitológico. Así que presentabas a un señor débil, con aspecto así como de tísico o que no fuera muy alto, un miope, alguien al que pudieras ganar en una pelea. Hoy tienes que presentar a alguien joven, fresco y con las ideas muy claras, incluso puede llevar pistola. De hecho, lo mejor es que la lleve. También debería llevar turbante, o al menos una barba así como de morabito. Casado sin inseguridades hubiera podido llegar a ser un más que aceptable candidato, pero de cada 3 decisiones, 2 eran dudas. Hoy estará celebrando que no sea su cara la que se golpea.
Abascal, por otro lado, ha hecho una campaña infumable con el poco oxígeno que le dejaron, pero es que como candidato era su responsabilidad luchar por el espacio y, cuando lo tuvo, lo desaprovechó. Además en su cartel parecía estar mirando cómo se tambaleaba un galgo al que acababa de ahorcar.
Lo tercero es lo que creo que ha sido más determinante: la percepción que tiene la gente de que las cosas no van mal.
Por supuesto que la gasolina está más cara, que no se puede comprar en el supermercado como antes, que la deuda está disparada como nunca, que los impuestos nos machacan y que los indicadores de que nos viene una crisis de ésas que nos dejan los poros abiertos están ahí y son difíciles de ignorar por alguien que se interese en cómo va el mundo.
Pero no puedes convencer a nadie de que estamos al borde del abismo mientras se puedan permitir su pan y su circo. Puedo poner muchos ejemplos cercanos de esto. Es más, no puedo poner el ejemplo de nadie cuya vida haya empeorado en estos términos desde que Sánchez está al frente. Y cuando estamos bien, somos conservadores. No buscamos el cambio por unos factores macroeconómicos difusos, mal entendidos y fáciles de discutir desde la palabrería. Especialmente cuando los defiende gente que siempre parece tener más dinero que uno mismo pero no es capaz de explicar bien cómo lo obtuvo.
Hay un último factor que creo que no tiene tanta importancia para el público general pero que lo tiene para mí: Los cambios fiscales propuestos por el PP no son nada ambiciosos. Ni siquiera en términos de enmendar el daño que el Gobierno le ha hecho a los autónomos. No hay rastro en el programa de Feijóo de demoler la reforma de Escrivá, y eso significa consolidarla. A eso le podemos sumar la compra de votos por el PSOE con plazas de funcionario y todo tipo de ayudas a colectivos. Yo estuve a punto de no votar precisamente por esto (Por lo de la reforma fiscal, no por lo de la plaza, aunque estoy abierto a ofertas y soy muy sobornable).
Así que la victoria, si la hubiera habido, no podía ser tan contundente, me decía yo. Tenemos por delante cuatro años de este PSOE y habrá que ver qué intercambios se hacen en nuestro nombre. Soy de la opinión de que la crisis estallará durante esta legislatura y que en unas futuribles elecciones eso volverá a decidir el voto, como lo hizo cuando Rajoy se hizo con el poder. También pienso que, cuando el PP llegue, hará lo mismo que hizo Rajoy con el mismo resultado, que fue horrible.
Se requiere una reconstitución de los partidos a la derecha y una orientación mucho más liberal, porque va a ser una mercancía fácil de vender cuando el intervencionismo nos lleve a su conclusión lógica, que es que acabemos todos durmiendo en barriles.

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