Saturday, March 24, 2018

Tener un hijo debe de ser algo así como acariciar un átomo.

Monday, March 19, 2018


Si quisiera o pudiera

Si quisiera escribir un drama, creo que empezaría montando una comedia ligera, ambientada en un Instituto o en algún otro lugar que exista según sus propias reglas. Habría dos que querrían decirse que se quieren pero sólo llegarían a insinuarlo, un gracioso y un malote de buen corazón.
Sus problemas serían pequeños y agradables, de celos y malos entendidos.
Y en las últimas veinte páginas le metería un cáncer terminal a alguno.
Así construiría un drama.
Si pudiera escribir una comedia, mis personajes sufrirían las más terribles desdichas, pero exageradas hasta tal punto que fuera imposible empatizar con ellos. No serían agradables, ni modélicos. Trataría sobre gente pisándose las cabezas y planes frustrados. Pero todos sobrevivirían o acabarían explotando cómicamente.
Para escribir una historia de intriga empezaría con un escenario imposible. Son clásicos la habitación cerrada, el crimen sin testigos y las pistas que no conducen al asesino. Mi novedad sería que el detective sólo formularía hipótesis, pero nunca obtendría confirmación de ninguna. Siempre he pensado que este tipo de historias tienen el agujero de que, tomando las pruebas, a veces hay más de una manera de interpretarlas.
El terror es el mejor género, sin duda. Hay quien no puede entenderlo, porque se asocia a tópicos y baja literatura, pero no ven que la literatura nació para la catarsis. Y que si hay motivos para reír, para llorar o sorprenderse, muchos más existen para mantenerse aterrorizado. La vida da un miedo espantoso, pero yo hablaría de fantasmas. Pienso en esta película japonesa "La maldición" y, si analizo un poco, me doy cuenta de que lo más horrible de los espectros es que están atrapados, son esclavos. La mujer que baja las escaleras y el niño que maúlla no pueden hacer otra cosa. Y nosotros somos esclavos también.