Friday, March 15, 2013

¿Lo haces?

Precedida, constituida una tradición innoble de este blog y de mi historia es la de escribir borracho. Hoy siembro homenaje, hoy rindo Troya. Aquí estoy con más palabras, de las que no duelen después de leerlas diez veces. No contaré las veces que hice lo mismo. Vivo en la preocupación permanente de estar desencarnándome, como si la piel fuera el accesorio inútil del hombre que mira y no piensa, que piensa antes de mirar. Y una vez más rondan aquellos versos: "Si no fueras tan..." Si yo no fuera tan. Si de verdad me quisieras.

No habría camino que explicar, no habría espera
ni trámite, ni precaución, abrazo al abismo
si todo fuera como no debe ser, si me quisieras
nos dejaríamos de protocolos, rutinas y nombres
pero la burla
se agota con cada clavo, con cada agitada y temblorosa mano
dibujando perspectivas, trayectorias de proyectil. La vida entera
alejada de sí, en trámites triviales.
Quiero un mundo desgarrado de arriba abajo, sin fórmulas literarias
sin finales felices, al cabo, sin reducciones
sin crítica social ni el reflejo trivial del espejo,
maravillas, imposibles desatados.
No me hables del amor inabarcable, que no resiste a las palabras que pronuncias.
No me hables de Dios, haz el favor, está gastado en nuestra contra.
Y la piedad, y las miradas vacías a la pantalla
y las ganas de llorar cuando no sabes qué hacer y te llama
el aburrimiento. No queda otra, hay que seguir subsistiendo.
Hasta "soñar" se ha convertido en un verbo.
Siempre odiaré los resúmenes, pero desvanecemos el mundo
en ideas que se entrecruzan, caminos que se fingen complejos.
Estoy borracho, no puedo resistir la intensidad del color de la mesa sobre la que escribo
los libros derritiéndose, volando en pedazos.
¿Y no puedo andar sin mis zapatillas de baile?
Absurdo, mejor ir cerrando cremalleras, mientras la música
suena.
La música siempre suena.
¿Bailas?

Thursday, March 07, 2013

Mundos sincrónicos

- Otra vez a fingir que la vida es eterna.
- Alguien se dejó olvidado el sombrero en la parada del bus. Irá a mi colección de objetos perdidos.
- ¿No ves que me estoy fumando un porro?. Eso me pone reflexivo, es el mejor momento para preguntarme cosas profundas.
- Es más como una gorrita. Roja, borla, me imagino a una muchacha con la mochila vaquera, la sonrisa amplia y los ojos vivaces.
- Joder, que nos estamos cargando el Amazonas.
- Bajar al bosque breve de su pubis... ¿Decías?
- Quiero hablar de cómo la historia se muerde la cola.
- Menuda estupidez, nada es igual desde que se fue, dejando su olor a perfume. - Se acerca la gorra a la cara. - Aún puedo olerla, a pesar de tu asquerosa droga.
- ¿Qué te parece esto? - Le extiende una revista.
- No creo que te creas una palabra de lo que pone aquí. Lo mismo finges entender de lo que hablan para llegar a algo o llenar algún hueco... eso podría respetarlo.
- Llega un momento en que lo nuevo y lo viejo te parece de la misma especie, te haces incapaz de disfrutarlo o de entenderlo. Pero ¡mira qué vigor!
- La fuerza no se encuentra en ellos por sus ideales, sino por su juventud. Dan pasos decididos, pero el camino lo van improvisando y, al final, lo más fácil es acabar siguiendo las sendas abiertas de otro.
- ¿Por qué eres así?
- Porque me duele algo en la espalda cuando me siento y porque me estoy alejando, poco a poco, del mundo.
- Siempre tan alegre...
- ¿Cuántos años llevamos intercambiándonos palabras y objetos? Y no hemos llegado a nada.
- A los dos nos interesaba comprobar que se podía fundar una pequeña cultura a base de compartir fetiches.
- Hacer las cosas a la vez no es como hacer lo mismo.
- Era yo el que tenía que decir que éramos diferentes.
- Lo siento.
- Bueno. Creo que me voy a fumar otro, a ver si la bruma te hace un poco más soportable ¿Qué me dices, viejo? ¿Te animas?
- Si te cojo uno, va a quedar como un golpe de efecto barato.
- Ya ¿Por qué?
- Luego te lo explico.