El yo segado

Si has sido muchos, eres uno más por definición.
Porque ¿Es esto lo que quieres?
¿Ésta es la imagen que quieres dar?
¿Cómo podrías cambiarla? ¿Cómo podrías borrarte de las mentes de los que te conocen?
Quizá debería coger la maleta e irme.
¿Cómo le digo a los que me rodean que necesito rehacerlo todo y que ellos no están incluidos?
¿Podré huir de todos los miedos que me convierten en lo que soy?
Un hombre con miedo, un hombre aterrorizado por su propia decadencia.
Alguien que se acusa por no hacer lo que debe, aunque hace lo que debería.
¿Hago felices a los que me rodean? ¿Soy un elemento positivo?
¿Cuándo dejé de ser la compañía divertida para pasar a ser el irritante tocapelotas que nadie querría tener cerca?
¿Por qué estoy tan amargado? ¿Por qué no me fío?
Entiendo porqué no me fío ¿Por qué no puedo abandonar a la gente en la que desconfío?
¿Qué estoy haciendo peor que nunca?
¿Cómo lo mando todo al carajo?
¿Cómo me voy?
¿Cómo lo cambio todo? ¿Cómo retrocedo en el tiempo?
¿Cómo me vuelvo más tolerante? ¿Menos difícil?
¿O debo defenderme como hasta ahora porque, a fin de cuentas, soy como soy?

Fácil

- Mira, lo importante es estar bien. Lo único importante. Que resulta que encuentras algo, pues perfecto. Que no lo encuentras, no pasa nada.
- Y que esto no es como antes, que te quedabas soltera y era como un estigma. Cada vez hay más solteros.
- Con el ganado que hay suelto, encima.
- Me tienes que pasar la receta de esto.
- A mí es que, sinceramente, el último... bueno, yo lo veía y decía ¿Para qué? Porque está claro que no pegábais.
- Es que es el machismo.
- Y si aún dijeras que te gustan los niños, pero siempre has dicho que no quieres.
- Estás estupenda.
- Cada día mejor.
- Nos tenemos que ir. Pero ¿Estás bien, verdad?
- Claro que está bien ¿Por qué iba a estar mal?
- Ay, no sé.

Estoy mirando el edredón y sé que no debo llorar.