Monday, July 28, 2014

Historia de un blog abandonado

Supongo que tiene que ver con la pereza, con el conformismo, con los kilos de más que hacen de contrapeso a la vanidad y lo dejan a uno hecho un engaño. En mi defensa también debo decir que es más difícil escribir con una cabeza de perro acostada en el regazo, sin drogas y con una programación televisiva que no me invita en absoluto a comprar lo que me ofrecen los anuncios.
Ahora bien, soy demasiado consciente de que las historias continúan a mi alrededor y que, en cualquier momento, sentiré de nuevo el impulso de empezar a escribir una. Es sólo que hoy no sé muy bien qué decir. Y no es que hayan faltado cambios. Demasiados, algunos bastante malos, que es de lo que se nutre uno porque las alegrías resultan sosas al paladar y las más de las veces se disuelven en lo anodino, como aquel tipo que va a comprar el periódico, se da cuenta del sinsentido del formato papel en plena era digital y de alguna manera acaba conectándolo todo con que ya no ama a su mujer y que la inflación se le ha comido los ahorros.
A lo mejor este Agosto, sin embargo, con eso de que voy a volver a pegarme un atracón de autores franceses, recupero un poco de esa pasión de gilipollas que tenía cuando me escabullía de las clases para ir a cualquier biblioteca menos a la de mi facultad. Recuerdo las ganas con las que atacaba a aquellos que intentaban "curvificar" la vida o intercambiar la libertad por una variable, cómo citaba a Scheler sin haberlo leído y cómo me cargaba la pose cada vez que alguna muchachita me cortaba con la mirada el falso traje de dandy, que lo formaban unos pantalones claros del Zara y algún chemi a juego.
Y el cinismo, como las bocas de una Hidra, y el ritual que es el pasaje de un libro de texto subrayado por mil manos, y los ataques consumistas que me dejan hecho objeto entre los objetos, que es un disfraz bastante adecuado en los tiempos que corren y seguirán corriendo. Entre el nervio y el mundo sobra la carne gelatinosa de la experiencia y no me vendría mal un susto de los que adelgazan.
Por lo demás, genial. Por lo demás, divino. Mi mejor amiga será madre en unos meses, me han degradado, descubrí el mejor güisqui del mundo y olvidé su nombre, he descubierto que Christina Ricci ya no me pone, el próximo año quiero estrenar otra carrera y tengo una lechuga gigantesca en un tiesto. La he plantado yo. Sí. Ahora planto lechugas.
Bueno, he cumplido con una de las facetas del blog así que me voy a recompensar matando unos cuantos zombies en el quemador de neuronas de turno y a fumarme un cig... No, eso está ya muy visto. A quien haya leído este delirio, lo siento y gracias. Hasta la próxima crisis.