Tuesday, August 10, 2010

Obituario

Dentro de cuatro días es el quinto aniversario de este Blog. Y aunque no soy de los que le dan importancia a las fechas, me he estado preguntando si tendría que escribir algo especial para celebrar el momento.
Primero me planteé contar cuál fue el motivo por el que empecé a escribir en él y dejé de lado los papeles arrugados en las esquinas de la habitación.
Luego quise desatar mi vanidad y escribir algo sobre mí, como una confesión o una invitación a conocerme. Quizá incluyendo una foto con ese grado de desenfoque que lucían las mujeres en Star Trek: TOS en aquellos primeros planos, míticos y horteras.
Como idea es horrible, así que la dejo de lado alegremente y me pregunto ¿Qué se hace en estos casos?
Un diario es, básicamente, un nexo entre distintas facetas y naturalezas presentadas a lo largo del tiempo por una misma persona. Hace cinco años tenía 22, llevaba poco más de un año trabajando, tenía un grupo de amigos más extenso y propenso a emborracharse y estaba a punto de dejar una carrera por otra (La que estoy próximo a terminar ahora).
En el 2.005 tenía altibajos emocionales que ahora se llaman neurosis y no estaba hipotecado, ni tenía la responsabilidad que tengo ahora, ni un gato, ni me preguntaba sobre la necesidad de una pareja estable y además era un mentiroso compulsivo.
Cuando echo la vista atrás y me releo, sabiendo sobre qué iban realmente mis posts, el origen de cada uno de ellos camuflado entre absurdos y aposiciones, sólo me reconozco parcialmente.
Así que he decidido, mientras le daba forma a este pequeño jirón de memoria, convertir la introducción al aniversario del blog en un obituario:

"Antes de que la alegría me venza, dejadme decir que aquí yace quien fue, por muchos años, mi persona favorita. Porque, aunque he sentido miles de veces vergüenza por su culpa, y aunque tenía la lengua rápida y la conciencia ligera, en el fondo no era tan mal tipo.
Pueden acusarme, si así lo quieren, de ser parcial en esto, dadas las circunstancias. Algún dedo se levantará a señalar, con razón, que he sido un público poco exigente y le he reído las gracias a pesar de sus constantes desafíos a las buenas costumbres.
Conste que él nunca pensó que la ética no fuera necesaria y que los reproches de quienes se opusieron a su ligereza no tienen fundamento lejos de un mal entendimiento. Contradictorio, ansiaba huir de las imposiciones, intentando al mismo tiempo forzar a los demás a seguir sus pasos. Con frecuencia se quejaba de no tener cerca a nadie que le invitase a la locura, a terminar de desatar sus potenciales extravagancias.
Durante mucho tiempo pensó que la religión le había castrado irremediablemente, y temió porque sus traumas hubiesen mutilado su inteligencia. Con el tiempo fue capaz de demostrarse que hasta el nudo más fuerte puede deshacerse, siempre que se esté dispuesto a usar la espada.
Amó con fiereza y odió con pasión, se convenció de una cosa y de la contraria. Tuvo la maldita suerte de encontrar a quienes le soportaban como era y nunca le obligaron a cambiar.
Siempre intentaba parecer alegre cuando estaba rodeado de amigos, con la excepción de una de ellas, la única a la que quiso regalarle su pesada sinceridad.
Sufría dolores de estómago, era un manojo de nervios, alternaba las lecturas más dispares, concebía las ideas menos lógicas. La razón no le importaba tanto como parecer que la tenía en todo.
Hizo daño a personas que no se lo merecían.
Fue herido, se sintió traicionado por amigos en los que confiaba.
No vivía en el mundo, fumaba Tabaco Negro y era propenso a la ira. Le gustaba parodiar a los clásicos sin que los demás se dieran cuenta. Estaba chiflado por el cine de Woody Allen, por el decadentismo y por Nietzsche. Más de una vez forzaba una conversación hasta llegar a un tema sobre el que poder usar una cita pedante.
Nunca se consideró guapo, aunque le gustaba pensar que tenía "encanto". No se esforzaba demasiado en socializarse, solía esperar a que la gente se le acercase hasta el punto de rechazar, de entrada, la amistad de algunos que en el fondo le caían bien.
Hoy celebramos su muerte y resurrección. Su legado soy yo, un hombre con nuevos miedos. Porque hace cinco años, lo que no tenía sentido plantearse, viene hoy con forma de ariete. Y los amuletos contra las pesadillas, contra las insidiosas cadenas de casualidades, contra las ofensas y las amenazas ya no sirven.
Fue un buen muchacho, lo juro. Lo conocí bien, se arrepentía de muchas cosas. Pero, aunque ahora daría mi vida por él, hace unos años no tuve otra opción que asesinarlo
Descansa en paz, amigo."

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Pero aunque haya muerto......era y es un puto coñazo algunas veces, cínico y sinvergonzón.....no obstante tiene un algo...a veces fue malo, a veces tue caprichoso.....a veces se lo olvida que por mucho escudo y máscaras, él también es un simple....humano más.

Monica

2:51 PM  
Blogger Raepertum said...

Voy a desdecirme en cuatro días, prefiero los finales felices cuando se trata de mí.

2:54 PM  
Anonymous Anonymous said...

En el fondo eres optimista.....y mucho diría yo...

2:56 PM  

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