Sunday, January 09, 2011

Películas de Godzilla

No puede haber nada mejor en este mundo, ni en otros posibles, que sentarse con una amiga y ver una película antigua de Godzilla. Después de años de negar la realidad, ha acabo por sumergir los recuerdos de Ed Wood Jr., el Bela Lugosi postrero, las películas deformantes de Roger Corman sobre un Edgar Allan Poe secado de su poesía.
Godzilla, cruce entre un Tyranosaurio y un ¿Megalosaurio? ¿Iguanodón? Bueno, el de las placas. Él, intento explicar, es lo que necesitamos en el cine español y fuera del mismo.
Fijémonos en la maldita cualidad centrípeta de la mala película europea, de la cual no hay exponente más claro que el aborto español: Se trata de coger una fotografía e ir acercándose a ella, reflejando hilos que deberían ser invisibles pero que, en el fondo y porque la costumbre ha deformado nuestra imaginación, fuerzan su color contra la mano que los agarra casi desde el principio.
La larga música, el estío, los ojos añorantes tras el cristal, la Guerra Civil que quieren ganar todavía, la falta de dinero, lo malo que es ser intolerante, lo bueno que es no tolerar a los anteriores, el fetichismo, el costumbrismo y la mano dorando la calva. No tendríamos que sufrir esta mierda si hubiéramos inventado a Godzilla.
En la maldita escena grasienta de "Jamón, Jamón" donde dos cachos de cobre se mojan de aceite con un beso, o en la violación que despierta del coma, también tras el cura borracho de lo último que vi de Garci faltaba un gigantesco y amenazador lagarto dispuesto a vomitar su furia. Yo quiero un Godzilla purificador que aplaste a tanto mediocre y los deje tan planos como sus argumentos.
Y también espero que llegue a saludarnos fuera del celuloide y a matarnos por ser tan correctos, tan inofensivos, tan coñazos. Droga, muerte, putrefacción y Godzilla ¿Cómo querrán vivir nuestros hijos si la verdad que les viole llevará el condón de un decreto? Ya no fumo dentro de los bares, pronto seré denunciable por opinado e intolerante, ¿cómo se puede defender la blasfemia e impedir a los demás que se caguen en los ruinosos pilares de tu sonriente, complaciente, magnánima tolerancia a lo que consideras tolerable? Qué ruin y contradictoria, qué digna de Lagarto.
Ven, Godzilla, ven a nosotros. El mundo es un bodrio infestado de histriones. Esto está lleno de ecologistas y gente que hace footing, sociedades por la dignidad de no sé quién, feas que quieren sacar una ley contra la suerte de las guapas, licenciados por Internet... derrumba nuestros principios, pégale un buen bocado a toda esta sensata aberración, fulmínanos.
Eres nuestra última esperanza.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Y, ¿que tienen de malo los ecologistas? Serían los únicos que ayudarían a tu lagarto.

7:17 AM  
Blogger Raepertum said...

Odio a los ecologistas, acaban llevándose a las ecologistas y a mí me dejan sólo, biodegradándome a la intemperie.

4:59 PM  

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