Sunday, July 23, 2023

La falsa épica de Sánchez

El significado del título adelanta que se va a dar por éxito de Sánchez lo que no es más (Siempre lo es, sea cual sea el que ostenta el poder en ese momento) que un fracaso del aspirante. No estoy en contra de construir un relato literario a partir de un personaje tan interesante como lo es el Presidente, pero hoy se trata de analizar, no de escribir un cuento de piratas.
Puede que por pesimismo o por lo contrario (No es optimismo, es miedo al pesimismo e incluso miedo a no ser lo suficientemente pesimista), mis estimaciones para estas generales han resultado más acertadas que las de la mayoría de las encuestadoras, específicamente las de aquellas cuyo prestigio las elevaba a poco menos que infalibles augures. Me parece que a partir de mañana a Narciso Michavila no lo van a llamar ni desde Tele-Torremolinos.
Mis predicciones, por otro lado, no salieron de una tirada afortunada de dados, ni de mis permanentes ganas de llevar la contraria. Definitivamente no cogí un listín telefónico y me puse a hacer mis propias encuestas.
Voy a reconstruir mi razonamiento. Aquel que me convirtió en la persona a la que hay que preguntarle a partir de ahora para saber qué sucederá en próximas elecciones:
Lo primero que tuve en cuenta es el factor reacción.
La izquierda a la izquierda del PP pudo estar más desactivada en las municipales, porque no le habían visto las orejas al lobo. El baño de realidad que recibieron les hizo pensar que VOX iba a tener un poder indeseable sobre sus vidas. Y eso los llamó a votar porque se imaginaban con un número tatuado en la muñeca o algo así.
Lo segundo que pensé es que el candidato recordaba demasiado a un Rajoy sin barba. No es alguien a quien se quiera volver a votar, sobre todo desde la derecha. Hay que tener en cuenta que ciertos complejos han ido desapareciendo. Hace 20 años tenías que presentar a alguien que alejara cualquier conexión con el fascismo mitológico. Así que presentabas a un señor débil, con aspecto así como de tísico o que no fuera muy alto, un miope, alguien al que pudieras ganar en una pelea. Hoy tienes que presentar a alguien joven, fresco y con las ideas muy claras, incluso puede llevar pistola. De hecho, lo mejor es que la lleve. También debería llevar turbante, o al menos una barba así como de morabito. Casado sin inseguridades hubiera podido llegar a ser un más que aceptable candidato, pero de cada 3 decisiones, 2 eran dudas. Hoy estará celebrando que no sea su cara la que se golpea.
Abascal, por otro lado, ha hecho una campaña infumable con el poco oxígeno que le dejaron, pero es que como candidato era su responsabilidad luchar por el espacio y, cuando lo tuvo, lo desaprovechó. Además en su cartel parecía estar mirando cómo se tambaleaba un galgo al que acababa de ahorcar.
Lo tercero es lo que creo que ha sido más determinante: la percepción que tiene la gente de que las cosas no van mal.
Por supuesto que la gasolina está más cara, que no se puede comprar en el supermercado como antes, que la deuda está disparada como nunca, que los impuestos nos machacan y que los indicadores de que nos viene una crisis de ésas que nos dejan los poros abiertos están ahí y son difíciles de ignorar por alguien que se interese en cómo va el mundo.
Pero no puedes convencer a nadie de que estamos al borde del abismo mientras se puedan permitir su pan y su circo. Puedo poner muchos ejemplos cercanos de esto. Es más, no puedo poner el ejemplo de nadie cuya vida haya empeorado en estos términos desde que Sánchez está al frente. Y cuando estamos bien, somos conservadores. No buscamos el cambio por unos factores macroeconómicos difusos, mal entendidos y fáciles de discutir desde la palabrería. Especialmente cuando los defiende gente que siempre parece tener más dinero que uno mismo pero no es capaz de explicar bien cómo lo obtuvo.
Hay un último factor que creo que no tiene tanta importancia para el público general pero que lo tiene para mí: Los cambios fiscales propuestos por el PP no son nada ambiciosos. Ni siquiera en términos de enmendar el daño que el Gobierno le ha hecho a los autónomos. No hay rastro en el programa de Feijóo de demoler la reforma de Escrivá, y eso significa consolidarla. A eso le podemos sumar la compra de votos por el PSOE con plazas de funcionario y todo tipo de ayudas a colectivos. Yo estuve a punto de no votar precisamente por esto (Por lo de la reforma fiscal, no por lo de la plaza, aunque estoy abierto a ofertas y soy muy sobornable).
Así que la victoria, si la hubiera habido, no podía ser tan contundente, me decía yo. Tenemos por delante cuatro años de este PSOE y habrá que ver qué intercambios se hacen en nuestro nombre. Soy de la opinión de que la crisis estallará durante esta legislatura y que en unas futuribles elecciones eso volverá a decidir el voto, como lo hizo cuando Rajoy se hizo con el poder. También pienso que, cuando el PP llegue, hará lo mismo que hizo Rajoy con el mismo resultado, que fue horrible.
Se requiere una reconstitución de los partidos a la derecha y una orientación mucho más liberal, porque va a ser una mercancía fácil de vender cuando el intervencionismo nos lleve a su conclusión lógica, que es que acabemos todos durmiendo en barriles.

Wednesday, February 08, 2023

El procedimiento

Me alejé de aquí para que mi estilo volviera a los ajustes de fábrica. Cuando leía mis plomíferos posts sobre la vida, la muerte y lo de en medio me daban ganas de desdoblarme y apuñalar al otro. Había que irse un rato, sí, luego volver si tocaba. Y creo que toca, porque hay cosas que contar y esto es también un diario.
Pero esta vez no voy a travestir mi historia personal haciendo una metáfora que solo entenderé yo. Cada vez es mayor el riesgo de olvidar lo que quise decir cuando lo dije y la mayoría de lo que escribí no sirve ni como ejercicio de vanidad.
Mi vida ha sido un descontrol controlado últimamente, pero he aprendido más en los últimos dos años que en los diez anteriores. Tengo ahora grandes teorías sobre cómo hay que moverse en el mundo. Si tuviera descendencia, las lecciones las tendría preparadas y, probablemente, no les servirían, porque mi nueva forma de ver el mundo tiene mucho que ver con aquello de que cada cual debe buscar su propio camino llevado hasta el extremo de "los consejos son basura porque las circunstancias cambian constantemente".
Vuelvo a perderme un poco. Para explicar el cambio que he sufrido es mejor que hable sobre cómo era antes y para ello empezaré por lo que no ha cambiado: Yo era y soy bastante cínico en la superficie, de éstos que usan el sarcasmo a cada oportunidad que se presenta pero, a la vez, sabe que hay cosas que realmente importan, y que importan mucho. Una de estas cosas es la justicia, otra de estas cosas es el conocimiento y por encima de todas las demás está la libertad.
Esos tres valores siguen conmigo, también sigo con el sarcasmo porque me divierte y porque creo que tengo un personaje muy pulido por el tiempo y las veces que he intentado cambiarlo ha sido un fracaso.
Hablo ahora de lo que sí ha cambiado: Antes tenía muy interiorizado algo que me gusta llamar "el procedimiento". Esto viene casi completamente de mi educación, pero habiendo tenido cerca ejemplos de cómo seguir el procedimiento reportaba beneficios y cómo las desviaciones llevaban a los más espantosos fracasos yo tenía muy claro que, al menos en esto, quienes me educaron tenían razón.
El procedimiento, como se puede deducir de lo que digo, consiste en hacer las cosas de una manera consistente, predecible y de acuerdo con lo que se te requiere. Lo podemos llamar "ser un buen soldado" si queremos. También lo podemos exagerar y decir que consiste en someterse a lo que se te exige sin objeciones, pero lo cierto es que puedes ser crítico con el procedimiento y aún así seguirlo, al menos tal y como yo lo aplicaba, aunque reconozco que durante la mayor parte de mi vida hubo gente a mi alrededor que pretendía que no solamente siguiera las reglas, sino que también me las creyera.
Tal era mi compromiso con el procedimiento que llegué a hacer sacrificios que siempre supe internamente que no me correspondía hacer solo para salvaguardar mis opciones para continuar siguiendo el procedimiento. En este absurdo el factor principal era un miedo inculcado y estúpidamente interiorizado.
El enganche que encontró en mí para deformar mi voluntad fue que yo mismo reconocía haber cometido grandes errores, aunque no lo exteriorizara. Uno en particular, una mentira extendida durante mucho tiempo, me estuvo persiguiendo años después de lo que es razonable, teniendo en cuenta que una pena por asesinato hubiera tenido menos cárcel.
Así que con esa culpa y esa educación acabé aferrado a hacer algo que odiaba para ganar un dinero que ciertamente es más del que gana la mayoría pero que os puedo asegurar que tampoco da para llevar una vida de lujos. Y como las cosas que se hacen a disgusto acaban por no hacerse bien, no importa cuánto te empeñes, al final lo que conseguí fue sustituir los resultados por burocracia y hacer que el procedimiento, esa garantía de éxito, fallara conmigo.
Falló tanto que, al final, el divorcio de mi trabajo con el que tanto fantaseaba al mismo tiempo que temía que llegara, vino. Y vino de manera inesperada, cuando creía que estaba en una buena posición para renovar y seguir un tiempo más con esa aparente estabilidad.
Las opciones que se me presentaban eran dos: Podía agachar la cabeza, seguir el procedimiento y aceptar la limosna con la que querían compensar lo que iban a robarme o... intentar una alternativa.
Hay un tema que he mencionado y es el de que yo cometí errores y uno en particular, hará ya unos 20 años, me tuvo desconfiando de mí mismo y con una autoestima más bien baja.
Durante ese tiempo ayudó poco que tuviera cerca a gente que de forma más o menos velada me lo recordaba, recreándose sin duda y además gente de lo más procedimental, a los que yo consideraba incapaces de una rebelión. Gente que, visto en perspectiva, nunca merecieron la más mínima autoridad sobre mí, pero el hecho es que la tenían aunque se quejaran de que no tenían suficiente.
Pero un día sucedió algo terrible y, poco después, algunas caretas cayeron. Y cayeron tan abruptamente que, por mucho que yo tuviera asumida mi inferioridad moral, tantas veces subrayada por este entorno, ya no hubo forma de que yo volviera a considerar a esta persona como digna de la más mínima atención en asuntos morales.
Y esto llevó a esa situación de la que hablaba Nietzsche sobre cómo la caída de los dioses te lleva al nihilismo y después debe reconducir a la construcción de nuevos valores. Después de ver que el moralista era tremendo corrupto moral, de que el acusador más bien merecía sentarse en el banquillo de los acusados... me lo replanteé todo.
De ese replanteamiento, que vino poco antes de mi crisis laboral, vino la solución a la misma. Todo lo que me habían enseñado es relativizable o directamente falso y el procedimiento no sirve ni para limpiarse el culo con él porque viene de gente en la que no se debe confiar. Había que salir de todas las cajas del pensamiento, y yo tenía unas cuantas.
Así que, sin ponerme límites, empecé a buscar y encontré. Y no solo encontré, es que ni siquiera me costó mucho hacerlo, y eso que fui como los locos, pura anarquía devoradora de resultados en Linkedin. El resultado es que ahora me va mucho mejor de lo que me iba antes, no solo desde mis propios parámetros (Disfrutar de lo que hago, no forzar demasiado la máquina, que mi actividad requiera una actividad intelectual compleja no de repetir una serie de pasos de forma mecánica), sino también desde los supuestos parámetros de los que tantas lecciones de vida daban (Ganar más pasta, tener estabilidad).
He aquí la verdad que me ha cambiado la vida: Que lo universal no existe, que todo cambia, que todo lo que debes aprender a hacer es a observar y actuar según tus objetivos. Y esos objetivos los dictas tú y nadie más. Aléjate de quienes pretendan no solo educarte en un cómo sino imponerte sus qués.

Sunday, November 28, 2021

Pornografía

Rechazo y rechazaré la idea de que hay generaciones inherentemente peores que otras. Incluso si asumiera que así es ¿quién sería el responsable? Obviamente la generación de sus educadores.
Lo que sí observo, sin embargo, es que hay menos agua en el estanque, y es que estamos en la época dorada de la pornografía.
Y pornografía no es solo el retrato de la violencia del sexo, es también la explicitud, la anulación de la distancia entre la idea y su representación en el arte.
Del arte de la época bebe el pensamiento y por eso pienso que estamos ante la muerte de la sutileza, pensamientos ni siquiera sostenidos por el andamiaje del instinto, productos de consumo volátiles, ideas delgadas.

Monday, September 20, 2021

Ayuser

No creo en el machismo. Será porque no lo entiendo, porque en mi experiencia he visto a mujeres superar a hombres en miles de cosas a las que le doy valor. Porque he conocido a mujeres capaces, a mujeres idiotas, a hombres geniales, a hombres imbéciles.
Y si también prestara atención a las orientaciones sexuales, creo que mi conclusión acabaría siendo la misma: Que hay de todo en todas partes, que para ciertas cosas el haber nacido con unas gónadas u otras, sentir que las que la naturaleza te dio son las tuyas, no lo son, lo son a veces, nada tiene que ver con tu capacidad intelectual, que es la que importa porque es la que en nuestro mundo sirve para cambiar, para imprimir y perdurar.
Así que creo que no soy machista, porque ni me lo planteo. Está fuera de mi cabeza y me parece una vulgaridad andar haciendo juicios de valor sobre un comentario. Tanto pretender ofender como ofenderse porque alguien sienta que le cerraron una puerta por ser mujer. Las feministas militantes odiarán mi ingenuidad, pero pienso que si sienten que les dan la espalda, puede tener mucho que ver conque se expresan radicalmente, lo cual espanta amigos, polariza y es una forma de auto-destrucción social, el que lo probó lo sabe.
Y no las invito a cambiar en eso, la radicalidad también es pureza, lástima que sus bases sean emocionales y no analíticas. Me odiarán aún más, es probable que esté ignorando a las miles de manadas que las acechan en los callejones para perpetrar violaciones. Pero las estadísticas son tercas y yo soy un poco robot en casi todo, no me convencerán con canciones.
El tema es que ni siquiera Ayuso cree que lo que hace el PP contra ella sea machismo, pero lo mismo sí lo es un poco y no lo estamos viendo. Lo mismo si se hablara de Feijóo como el que debe calentar la silla de Casado, las reacciones no serían tan agresivas y burlonas. Lo mismo el que Ayuso crea que no hay machismo en su partido no importa porque lo hay a un nivel tan estructural que se piensa a través de él y no hay forma de disociarlo de la propia percepción, un machismo tan asumido que no se puede expresar en términos positivos.
Machismo también de los que sacan a las mujeres de la derecha de la posibilidad de sufrir machismo, porque a sus ojos son cómplices, a pesar de la Historia.
Mi opinión, sin embargo, es que Ayuso es tormenta, es terremoto, es fiebre y es abismo, es lanza, es Afrodita y Atenea. Y Casado es un pato de goma desteñido.
Y Teodoro es el tipo que se queda bebiéndose la última contigo, su mejor amigo, pero no porque te quiera de verdad, sino porque en el colegio no era muy popular y eso se nota cuando nos hacemos mayores. Teodoro necesita un abrazo, Casado una personalidad a la altura de su carisma y un carisma a la altura de sus aspiraciones. Son dos pobres hombres.
Pero ella es animal de otra especie y eso da miedo a los mediocres, que lo mismo luego no lo son tanto, pero definitivamente lo parecen.
A mí me gustaría tener a Ayuso de presidenta del Universo, de emperatriz absoluta de las estrellas. Que los del PP no quieran que salga del barrio me enfada y me hace preguntarme si no son más que una piara de machistas.
Y yo ni siquiera creo en el machismo.

Wednesday, February 24, 2021

Libre para hablar

Libre para hablar, decidido a hablar, obligado a expresarme. Ganas de matar, de revivir, de condenar, de ejecutar, de follar cadáveres, de ver estatuas caer, ganas de arrancarme la piel y correr por la playa.

No sé si he vuelto, si volveré, si algún día estuve. Si lo que voy a decir importa, si lo que voy a decir será leído, he aquí mi confesión.

Me arrepiento de haber trabajado durante todos estos años para el Banco Santander. Me arrepiento de no haberme ido antes. Me arrepiento de no haberme levantado ante las cosas que he visto, no haberles llamado por su nombre, me odio porque pueda asociárseme a esa gentuza.

Voy a hablar y debo hablar porque no hacerlo sería prolongar mi inmoralidad. ¿Quiere alguien saber la putrefacta estructura que mantiene a una empresa en respiración asistida? Los accionistas harían bien en intercambiar sus pedacitos de empresa por condones usados, tendrán más valor en el mercado en unos años.

Todo lo que se ha hecho, se hizo desde la maldad y la estupidez, desde el desprecio al cliente y al empleado, desde el abuso y el odio. La falta de inteligencia de la cúpula directiva combina demasiado bien con la filosofía de "matar para sobrevivir" que se ha impuesto. Cuando los tipos estaban en mínimos, decidieron retribuir con el dinero que no había, cuando el coronavirus azotaba decidieron restringir más allá de lo razonable el acceso a los clientes, cuando la gente peor lo pasó subieron las comisiones, cuando los empleados temíamos por nuestro empleo la presidenta se daba paseítos por los platós o se subía a una montaña con un tipo con el pelo del color de una Nancy a lloriquear porque su padre era muy malo con ella.

El padre te daba mil vueltas, en todos los sentidos, ojalá volviera de la tumba para no darle otra empresa a la que quebrar.

Y el sector está casi tan muerto como el Santander, sin duda, pero ¿hacía falta tal nivel de desprecio hacia el cliente y hacia el empleado? ¿Tanto daño necesitan hacer? ¿Qué clase de satisfacción (y me temo lo peor) obtienen con ello?

Pronto seguiré hablando. Pronto podré ser más claro y más contundente. Daré detalles de esos que esta gente preferiría que no se supieran.

Y me voy a divertir mucho haciéndolo.

Tuesday, October 13, 2020

Old Creek

Aquella noche, dos semanas después de la explosión, algo había emergido de las aguas.

La policía asumió que todo era el acto de un peligroso asesino psicópata. El pueblo estaba atemorizado y solo las parejas de jóvenes practicantes del amor a espaldas de sus padres aparcaban sus cadillacs rosa en la explanada de los besos. Allí encontraban sus cadáveres, siempre.

Tan es así que alguien sugirió poner un cartel de "Prohibido aparcar aquí" o, al menos, una cámara que apuntase al lugar de las muertes, a fin de esclarecer el turbio misterio.

Timmy Johnson, alumno de tercer curso de la escuela de oficios de West County denunció haber visto un monstruo pastoso con protuberancias en forma de cilindros terminados en punta y un agujero demencial en forma de boca rebuscando entre los cubos de basura de la casa del viejo Wilkins. El mismo Wilkins que se había reído de la posibilidad de que el asesino fuera un ser de otro planeta que hubiera venido a invadirnos, el mismo Wilkins que le dijo a su vieja esposa Theresa que esos chicos se lo tenían merecido por concupiscentes, el mismo Wilkins... ¡Que apareció muerto dos días después!

Un coche deja huellas de neumáticos frente a la comisaría al frenar bruscamente. El parachoques delantero golpea con gran estruendo unos cubos de basura, de los que huyen dos mapaches, uno con una raspa de pescado en la boca. El teniente Mancusso sale a ver el origen del ruido. Del coche sale un calvo con bata blanca, visiblemente alterado:

- ¡Dioses! ¡Nos creíamos dioses!

- Vaya, vaya. - Dijo Mancusso esperando que su ayudante Billy le devolviera una mirada de complicidad, a pesar de que éste había muerto hace tres semanas en la explanada de los besos - Parece que alguien ha bebido más de la cuenta.

Mancusso tenía esa seguridad, ya que su olfato se había agudizado después de que, una noche, decidiera arrancarse los ojos para retarse a sí mismo.

- Soy el Doctor Ruttinger ¡Tiene que escucharme!
- Doctor Ruttinger ¿Eh? Bueno, para empezar voy a detenerle. - Empezó a palparse buscando unas esposas en sus bolsillos. Sonriendo con satisfacción cuando consiguió encontrarlas.

- ¡No lo entiende! ¡Todos estamos en peligro!

- Eso se lo dirá usted al juez. O se lo diría, si tuviéramos uno - Y, a tientas, consiguió esposar al Doctor para después arrastrarlo hacia la comisaría.

Timmy Johnson había preparado una emboscada para el monstruo. Reuniendo a sus amigos estaba dispuesto a demostrarle a los adultos que se equivocaban, que él sí había visto lo que había visto y que su sentido común era mayor que el de ellos.

El problema es que sus amigos habían muerto. Por lo que consigo llevaba una tabla de ouija. Su idea era invocar a los espíritus para que dos de ellos fingieran intimidad y, cuando el monstruo atacara, lanzarle una red por encima.

A miles de kilómetros por encima de Old Creek, en ese preciso instante, X-27 acariciaba un gato venusiano, en todo similar a un gato de la tierra salvo por un cuerno postizo de plástico tan mal pegado que se le había acabado deslizando a la espalda. Ordenaba activar el plan 27, al que había puesto, en un alarde de vanidad, su mismo nombre.

Pero la sala de mando estaba vacía. Siempre estaba vacía. La informatización había llevado a que las naves fueran monotripuladas. Así que, tras fingir que conversaba con un maniquí puesto en el sillón de comunicaciones, presionó los botones precisos.

Los espíritus se levantaron, pero no por efecto de lo que hubiera hecho Timmy, sino porque tal era el plan de X-27. Un fuerte brillo verde fosforescente los delataba. La idea es que se encaramaran a las ventanas y provocaran infartos de miedo. Estaban más preocupados, sin embargo, por no poder palpar, ni hablar, ni ser más que haces de luz inconsistente.

El doctor había ideado un plan para salir de aquella celda, pero requería mucha ginebra y Mancusso se negaba a proveérsela. No hizo falta, sin embargo, pues en aquel momento en la comisaría entró el monstruo. Alertado por el extraño hedor y los sonidos guturales que salían del orificio de la criatura, Mancusso se levantó con la pistola apuntado al lugar del que creía que procedía la fetidez y disparó varias veces. 

El monstruo, sin embargo, siguió avanzando. Básicamente porque había disparado en dirección contraria a donde estaba, matando a Ruttinger.

Timmy Johnson había decidido rendirse y entregarse al monstruo, ya que sentía que la vida era un enorme despropósito en el que lo único que hacía era intentar defenderse de amenazas reales o imaginarias, sin alcanzar nunca un punto de destino, sin hallar la felicidad duradera.

Pero el monstruo jamás vendría a por él porque, como todo lo demás en aquella ruina de pueblo, estaba hecho de humo. Fue a la explanada de los besos, entró en uno de los coches abandonados, aún con la llave y los cadáveres dentro. Sacó a los muertos, giró la llave en el contacto y aceleró. Y aceleró. Y aceleró.

Y el coche atravesó la última membrana de irrealidad, y el pueblo quedó lejos y cerca el precipicio. Y cayó para siempre por él, sin llegar nunca a su fondo. Mientras caía tuvo tiempo de recordar que Old Creek nunca quiso ser más que un boceto.

Wednesday, March 18, 2020

El bicho y los idiotas

Si todo pequeño problema inventado debería quedar deshilachado ante la magnitud de lo que está y, sobre todo, de lo que viene, todo anormal debería quedar también con la cara al descubierto, señalado, humillado, derrotado y privado del derecho a formalizar su estupidez en memes, textos y opiniones sin mascarilla.
Al menos hasta que la verdad salga a flote.
Lo que tenemos hoy es una realidad apenas vislumbrada entre el humo del ruido de fondo. Los mismos que se golpeaban el pecho, los que negaban, son los que hoy señalan, se indignan y pegan en su muro de Facebook, como un niño jugando con sus heces, el consejo que mejor se adapte a su personal disonancia cognitiva.
Si llegamos a un mañana, habrá que hacer algo para lo que el español nunca ha estado particularmente capacitado. Se tendrá que tirar del hilo. Que sepamos lo que sabían y en el momento en que supieron los que tomaron decisiones. Los que omitieron su deber. Los imbéciles de la vara de mando.
Ni el aplauso inaudible por los aplaudidos, ni las historias de esperanza que se leen mal entre faltas de ortografía y emoticonos significantes vacíos de significado, ni el golpear las paredes, ni el escupir a la policía, ni el añorar el bar del primo servirán para la fatal crisis económica que sucederá a la crisis social que vendrá después de toda la muerte.
Habrá que sentarse, equiparse de una buena lupa y, lejos del prejuicio, examinar el papel que tuvo cada héroe y cada villano en esta historia. Reconocer a los unos, ser extremadamente punitivo con los otros.
Mi impresión en este momento es que deberían arrancarse todos los galones de la aristocracia tóxica que repta por el Congreso, especialmente el de las dos ratas rabiosas que protagonizan la coalición de la estupidez, de la incompetencia, de la falta de anticipación.
Si el virus se hubiera extendido como lo hace y lo seguirá haciendo pero después de cerrar fronteras ante los que todos deducían que estaba sucediendo en China, a la que ahora se eleva como país que actuó con responsabilidad aunque al principio llegaban vídeos de desapariciones misteriosas de disidentes y silencios ante las preguntas de la población que subrayaban las oscuras formas de un gobierno totalitario ¿Qué reproche cabría hacer? La naturaleza puede quitar lo que da.
Pero hubo lugares donde no se hizo nada, lugares donde se actuó en unos tiempos o en otros y países, como el nuestro, en los que se escupió gasolina a la llama. Estos muertos son tuyos también, amigo Pedro. Felicidades por dejar a la corrupción política convertida en un problema menor.
Habrá quien diga con razón que nunca sabremos si otro Gobierno lo habría hecho mejor. No sé porqué piensan que la inutilidad real puede quedar justificada en la potencial.

Que los que queden en pie no olviden lo que pasó y que se obsesionen con poner a cada cual en su sitio. Si no salvamos la vida, al menos tengamos justicia.