Thursday, August 10, 2006

12

- Me gustaría presentártelo algún día, es lo más maravilloso que me podría haber pasado.
Por la ventana de la habitación se veía el taxi que la esperaba. El taxista, apoyado contra el coche, fumaba un cigarrillo. Y en la habitación, tenuemente iluminada, sobre la cama, sentado, un hombre escuchaba con cierto abandono, sin intervenir en la conversación.
La mujer llenaba una maleta con dedos apresurados.
- Nuestra primera noche, en aquel jardín, tan verde y especial. Él me trajo rosas. Y fue maravilloso. Ahora no entiendo porqué no te lo dije antes. Supongo que pensé que te pondrías celoso.
Mirando el ropero, feliz, inmune. Decide que ya no caben más cosas en la maleta y la cierra. Lo mira por última vez.
- Dame un beso, siempre serás mi mejor amigo.
Y se besan por última vez, y se despiden. Ella casi no llora. Él no sabe si arrepentirse o escapar. Queda en la puerta, viendo como el taxi se aleja.
Desde algún lugar del jardín se acerca al hombre un niño de unos trece años con el rostro serio y la mirada inquisitiva y pregunta:
- ¿Papá, a dónde se va mamá?
- A ningún sitio en especial, ella ya se fue hace tiempo.

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