Wednesday, August 09, 2006

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Asomarme a la ventana, con el cigarrillo encendido, cerrando la puerta a viejos pensamientos. No hay nada como el aire de Verano. Miro a través de la noche ¿Qué derecho tiene nadie a juzgarme? ¿Qué derecho tengo yo a juzgar a nadie? Tengo un poco de frío, y entro de nuevo a mi cuarto.
Vuelvo a salir al rato, me gustaría saber describir las cosas tal y como las siento, lo veo todo de una manera abstracta, me recrimino por ser tan poco práctico. Creo que me estoy volviendo aún más conservador con el tiempo.
Hace un momento leía un relato de Giovanni Papini llamado "El espejo que huye", reflexión sobre lo idiotas que somos los hombres persiguiendo continuamente el futuro, sin llegar a disfrutar nunca del presente. Y es curioso, porque sé que la conclusión es deprimente, pero a mí me ha puesto de buen humor e incluso me he reído un poco.
Y quizá ésa sea la receta de la inmortalidad, tan perseguida por algunos. Para evitar los efectos que sobre nuestra vida tiene el futuro (Como la vejez o la muerte) puede que sólo tengamos que dejar de perseguirlo, de correr detrás del espejo que huye.
Voy a irme a dormir pensando en lo maravilloso que sería el triunfo definitivo de la lírica sobre la biología, en lo que puede llegar a ser mi pasado, en lo que ya ha sido mi presente.
(Bostezo)
Y en Corinne Clery, que no se me quita de la cabeza.

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