Tuesday, August 14, 2012

7 años ya: Aristóteles cagaba.

Han pasado siete años desde aquella primera entrada y todavía me estoy preguntando las mismas cosas y dándole vueltas a las mismas ideas. Sin avanzar, más bien retrocediendo, vivir es el proceso de crear algo por lo que luego sentir nostalgia. Este blog nació después de un año trabajando más o menos. Celebramos que mi vida laboral ya está en ocho años. Celebramos que sigo escribiendo paridas y me celebro a mí mismo por haber molado tanto durante este tiempo. No se me ocurre mejor homenaje hacia este blog que seguir amándome como siempre he sabido hacerlo y hacer notar que de mi agenda se habrán caído más contactos que los que han entrado pero que los que quedan ya están curados de espanto.
A veces hago este ejercicio: Me olvido de que fui yo quien la hizo, escojo una entrada al azar y la leo. A ratos estrangularía al cabrito y no puedo decir que esté contento con la última dirección del blog que ha pasado de tener como tema la imaginación y las pajas a sólo las pajas. Hace falta leer. Ya nunca leo y si no le echas leña al fuego, acaba por apagarse.
Así que hay que leer para que el blog remonte y para que el próximo aniversario pueda señalar que tuve, al menos, un momento de brillantez. La vida mata al arte o algo así.
Voy al tema del título: Aristóteles cagaba. ¿Eran mojones rectos, duros, monolíticos? ¿Eran como cuando llenas una escopeta de mierda y la disparas contra una pared? ¿Eran mojones prototípicos, enrollados sobre sí mismos y de poca consistencia? Supongo que un poco de todo. Es posible (Probable) que parte del órganon saliera de un momento de reflexión mientras el culo taponaba el hoyo. La mente vuela alto mientras las heces caen a lo más bajo. Como un pilar de luz y desecho. Como un canal conectando lo escatológico en un sentido con lo escatológico en el otro.
Las buenas ideas vuelan con alas de mierda.
No ayuda tampoco que esté uno siempre opinando sobre los géneros. Clasificar es malo y casi parece que esté pidiendo perdón. Esto es de aquí y esto es de allá y no me arrimo a eso porque pertenece a la subclase... no soy tan viejo como para negarme tantas cosas. El 27 de Diciembre cumpliré 30 años. No, no soy tan viejo, pero tampoco tan joven. Ya puedo hacer el gamberro, quitarme el pasamontañas antes de que lleguen y el policía no sospechará de mí, por mis formas suaves y mi porte de señor respetable. Pero es que ya no hago el gamberro.
Algún conocido ha decidido que los 30 se celebran reproduciéndose. Es una vulgaridad dejarse llevar por las crisis vitales de esa manera. Antes de emprender la tarea de multiplicarme, prefiero escoger una personalidad definitivamente. Y todavía me quedan un par de cambios importantes ¿por qué lo sé?
Ayer estaba boca arriba sobre este sofá que sigue sin convencerme y que es peor que el que yo tenía en casa. Tiene unos cojines hechos de tela sobre los que deben de haber salivado humanos de diversa procedencia y es del color que yo no hubiera elegido. Tiene, sin embargo, la ventaja de que puedo ver a través de una ventana que queda a mi izquierda si me tumbo de un lado, y a mi derecha si hago lo contrario. Según busque ver la tele o no.
A través de la ventana vi unos árboles meciéndose. Dije la palabra "cambio". Nadie me escuchó. Ni falta que hacía, ya me escuché yo. Qué rara suena nuestra voz en las habitaciones vacías. Así que aquella misma noche subí al cuarto la Poética de Aristóteles y dejé de leerla por ver en el Iphone un vídeo de Phreakindee. Pero ya hubo un amago. Hubo otro amago cuando me quedé hace algún post a escuchar un concierto de música variada, diferente a la que suelo disfrutar. Este post no va, por tanto, sobre Aristóteles cagando, va sobre los amagos, porque algo araña la pared que tiene uno por dentro.
Con el tiempo se crea un lenguaje privado. Las reglas están aquí escritas, dispersas ¿Resultan mis entradas difíciles de entender? No lo hago a propósito. Estoy hablando mi idioma. En mi lengua se permite saltar de un tema a otro, según te vayan obligando a hacerlo los dedos. Hablo para poder entristecerme cuando me recuerde y, si el mundo es vano, da igual porque yo sé lo que digo y porqué lo hago y no hay nada vacío en la comunicación sobre todo cuando pelea contra el silencio de las propias células chocando entre sí.

Este post cierra el séptimo año. Lo hace de esta manera tan extraña porque es un purgante que va a arrastrar todo lo que quedaba por decir antes de volver a leer. Antes de recargarse. Toca probar otra cosa. A ver si el nuevo estilo me hace un escritor rico y famoso de una puñetera vez. A ver si dejo de ser yo. A ver si hay suerte.

4 Comments:

Blogger inespoe@gmail.com said...

la suerte ¿existe? Y si existe, qué dijo Aristóteles de ella...

11:43 AM  
Blogger la voz y la palabra said...

"Vivir es el proceso de crear algo por lo que luego sentir nostalgia"
"La mente vuela alto mientras las heces caen a lo más bajo"
"Las buenas ideas vuelan con alas de mierda."
"Hablo para poder entristecerme cuando me recuerde"

Te leo desde hace poco, relativamente. No te confundas, ya has alcanzado la brillantez. Solo aquí he encontrado ya cuatro perlas.
Sigue escribiendo muchos más años, no te canses de cambiar y probar muchos más modelos.
Muchos días (por no decir todos) entro aquí esperando ver algo nuevo escrito. Disfruto leyéndote, así que no dejes de hacerlo.

2:36 PM  
Blogger Raepertum said...

Muchas gracias por tu comentario. Soy de los que piensan que escribir es para algunos y con independencia de cómo lo hagan, más una necesidad que otra cosa. Lo que no quite que espere vernos a ambos "editados" algún día. Hay que seguir practicando...

3:43 AM  
Blogger Raymunde said...

Si nadie más, yo te compraría, Reapertum. ¡Que cumplas muchos más! Y ¡mucha mierda!!!!

3:46 AM  

Post a Comment

<< Home