Friday, May 04, 2012

Ateísmo

Hoy discutía conmigo mismo sobre si los ateos también debíamos procurar demostrar, frente al agnosticismo de puerta abierta y complicado equilibrio, que nuestra creencia de que las creencias no asentadas en una combinación concreta de percepción y juicio es la racionalmente acertada. Por supuesto, cualquier relativista puede arrastrar toda tu argumentación hacia el "demuestra que algo no sucede" y acabas teniendo que disparar el bonito pero de cierto regusto dogmático adagio "La carga de la prueba pesa sobre quien formula la hipótesis" o "No puedes demostrar racionalmente la inexistencia de algo". Mientras mi mente se alejaba por el camino de presentar las inconsistencias internas y la inadaptabilidad a la realidad de las más comunes premisas encontradas en los sistemas teístas, donde se presenta una inteligencia racional y buena como causa incausada del mundo, también acabé preguntándome si podía llegar a existir una suerte de "espiritualidad atea" y, contestándome que eso era precisamente el humanismo, me di por satisfecho.
El problema está, entonces, en cómo deshacernos del contra-argumento más molesto de todos, si queremos obligar a un creyente a admitir que nuestros juicios están bien fundados y no son sólo la reacción alérgica a todos esos portadores de la fe, tan convencidos algunos de ellos de que les pertecenece una parcela con vistas al mar en el cielo y que los que andamos negando su verdad llegaremos a ser, con suerte, mendigos en el paraíso. Este argumento, que nos viene de rebote, es el de la autoridad. Autoridad como imposición de ideas y también como autoría, como fuente y razón que sostiene una hipótesis.
Porque los argumentos de autoridad vienen, no sólo de los párrocos, sino también de los profesores que nos convencen de que el átomo tiene órbitas y un magnetismo que no podríamos percibir si no es con complicados experimentos, vienen de los médicos que nos recetan siendo ignorantes nosotros de si lo que nos van a dar nos curará o nos pondrá peor si no es gracias a la confianza, vienen de multitud de "expertos" que así han sido considerados porque presuponemos en ellos unos conocimientos de los que nosotros carecemos, porque la Sociedad les ha asignado un rol y una estética, les creemos porque se nos imponen. Y el cura, el imán, el Hare-Krishna también nos quiere vender su experiencia, su profunda convicción (Basada siempre en algo, hasta el más ridículo convencimiento tiene causa), su doctrina y su receta. ¿Por qué no entregarnos a sus brazos, escucharlos y dejarnos mover por sus palabras? No podemos hacer una demostración imposible. No podemos argumentar porqué creemos a unos y no a otros sin recurrir a una discriminación que ya implica prejuicio y nos alejamos de su doctrina porque no pensamos que dé resultado, sin haberla experimentado en todas sus vertientes ¿Por qué? Porque la autoridad y el prejuicio, contra lo que se suele decir, es sabiduría condensada, es ensayo y error y es saber que tenemos derecho a dudar. No soy ateo por fobia a un club de pedófilos, de hipócritas o de personas buenas pero confundidas. No soy ateo porque no pueda llenar el vacío de mi interior con la charlatanería boba de unos iconoclastas. Soy ateo porque no entiendo la utilidad de la fe para el hombre. Porque puedo valorar la fe como muleta psicológica, pero yo no la necesito. Y porque quiero mantener siempre intacto mi derecho a dudar, aunque no dude. He discutido con profesores. He cambiado de médico cuando he querido una segunda opinión o, sencillamente, he intuido que podía estar mejor atendido en otro sitio. He usado mi derecho al cambio y aún lo hago. Ser ateo no significa, contrariamente a lo que quiere distinguir algún agnóstico, no dudar. Ser ateo significa reservar tu duda en todo y esperar pacientemente a que la experiencia amplíe tus horizontes, siempre dentro del marco de la razón. Una fe es algo para siempre porque, si no, no es fe. Y el agnosticismo es querer apostar, a la vez, por tu equipo y por el contrario. Los tiempos invitan, siempre invitaron, a rechazar a Dios. Dudar, pero con los pies en la tierra.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home