Sunday, November 18, 2007

La desliteraturización de mi amor

Desde que no soy un dipsomaníaco sicalíptico diletante que deconstruye la realidad para morder el grano peripatético de la idea que alimenta mi cinismo, las vanidades que Quoteleh advierte me saben como el aliento de un muerto.
Adiós a las ínfulas posrománticas del mal culterano con aspiraciones conceptistas que encuentra el polvoriento consuelo de las metáforas automáticas y los laberintos formales.
Adiós al amor literario, caricaturizado por las convenciones que excluyen vanamente los momentos escatológicos que en un día se convierten en inevitables.
Buenos días, pesada máquina de guerra, bienvenidos tus ónagros llameantes, tus exageradas exégesis y tus rabiosas reincidencias.
Bienvenido a casa, amigo de las observaciones circulares y de los clásicos eternos, pervertidos por la descontextualización intelectualoide que asalta a los actores dentro de sus cátedras y a los cretinos New Age en sus incómodas sillas, dentro de los cafés en los que la discordia siempre se resuelve con una cita aprendida del encabezamiento de los periódicos.
Inundaré con bucolismo mis contaminados pulmones y expiraré el aire polinizado sobre mis nuevos escritos. Y que la senda de mis palabras le dé, sólo si es su capricho, forma de guadaña.

2 Comments:

Blogger Glaurung said...

Me voy a leer algo ligero, como por ejemplo el capítulo 14 del silmarillion.

5:27 PM  
Anonymous Anonymous said...

Insisto:

No está bien que te des tú solito un atracón de setas sin avisar al resto, que algunos aún no las hemos probado.

4:13 AM  

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