Sunday, August 12, 2007

Tu soledad y mi silencio

Ajeno a la piedra. Ajeno al mundo, a la economía. Diverso, distinto, casi uniformado. Vestido de rareza, o quizá teñido por ella, o mojado por la lluvia. La mano, blanda. La mano amarilla que te escoge, los labios que susurran en tu oído. En tu cuello, calientes, húmedos, invisibles. Por la ventana hay un mundo que se dispersa, se divide con tu mirada en mil caminos.
He venido aquí para que puedas escoger tu sacrificio. No seré como esperabas. Nunca soy lo que parezco. A pesar de lo que dicen, yo también os esquivo.
Mira como el polvo se levanta cuando el niño corre por la tierra. Escucha mientras se desliza la mano. La mano seca que se deshace en tu mano. Los trozos de mi mano caen desbrozados. La mirada roja que ilumina tu nuca. ¿Ves los pájaros? ¿Las pequeñas máquinas pardas? Comen, se multiplican y se pierden. Y siguen perdiéndose aunque intente no mirarlos. Ahora subamos al cuarto. Dormiremos abrazados y mi calor se perderá en tu soledad. Y tu soledad en mi silencio.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

te hace falta beber más y estudiar menos. quiero al roberto suficiencia!este roberto empollón me saca de quicio!

2:53 PM  

Post a Comment

<< Home