Oda a la muerte

Quiero que la muerte
vuelva a ponerse de moda
fuera ropas y artificio
sólo hueso desnudo
amarillo y honesto,
disparada por el aire
crecida en todas las bocas.
No se ignore con los lemas
se reduzca al número de pocos
se pierda en la marea.
Sentada en su trono la quiero
presidiendo nuestro futuro,
haciendo su eco en los sueños
buscando a niños en los pozos
y a las abuelas que acarician
lápidas en los cementerios.
La quiero siguiendo tus pasos
devorando tu pelo
girando tus ojos al cielo
y borrándome de ti mientras el frío
arrastra tu alma hacia el suelo.
Es así, no hay otra forma
para usarte como escudo y excusa
y no poder ya blasfemarte,
y callar, si no contestas
no habrá nadie que corrija
mis dañinas vanidades.