Friday, June 22, 2007

Vulgaridad

Falta la peste de tiempo para que se desarrolle por completo. Aquel dedo verdecido, meñique torcido hacia el oeste, que fue creciendo hasta ser la mitad de nuestro cuerpo hinchado. Entre las enredaderas, una navaja se atraviesa, humo naranja sale de la cueva donde habitamos. Guardianes y pecadores, vigías por nuestro pecado.

Así debe empezar el drama "Laertes", donde el hijo de Odiseo busca al asesino de Dionisio, con un sombrero gris que casi le tapa los ojos, preguntando entre los bares, planteándose porqué no mata, directamente, a Apolo y devuelve el equilibrio al Universo.
Debería escribirse para el blanco y negro, pero no encuentro quien vaya a (a) probar mis experimentos. Dejaremos la cámara rodando la pared verde de mi sótano.

Éste es un post lleno de color, por si no lo han notado, pero la sombra proteiforme de la inseguridad acecha entre los libros. Me he prometido no consultar mis notas este fin de semana, después de haberlo hecho de lunes a jueves, por miedo a que se derrumbe algo más que mi expectativa de un verano leyendo/absorbiendo "El lenguaje" de George Yule.

Me ha pasado el 90% de las veces que he leído a Bukowski, me llena de ideas. Lástima que ninguna de dichas ideas sea mía.

Se acerca, además, el final del plazo que me di para terminar mi novela, pero ya sabía entonces que esta promesa no la iba a cumplir. Sigo estudiando a fondo programas de desarrollo 3D, vuelvo a fumar en mi terraza, pero ahora George Gershwin ha sustituido a Dylan.

Relato:

Llegó, miró a su alrededor. Vio una piedra en el suelo. La levantó por encima de su cabeza y la dejó caer. La piedra fue absorbida, y empezó a formar parte de su cerebro desde entonces. Avanzó unos pasos. Recogió un ratón muerto del suelo, lo volvió a fundir con su cabeza, haciéndola aumentar de tamaño, con la carne del animal hecho pedazos. Su inteligencia se acercaba más a la de los Dioses, conforme su mente tragaba gaviotas, papeles y pequeñas piedras. Pero lo que él sumaba, se lo estaba restando al mundo.
Cuando fue el único ser inteligente bajo el sol rojo, se sintió muy sólo, así que se cortó por la mitad con unas tijeras. La primera parte se dobló. La segunda fecundó el aire. La parte superior de la primera parte se volvió amarilla, vieja y pesada. Los cuerpos diseminados por la eyaculación de la segunda parte formaron microsociedad, círculos flotantes y adoraban a las nubes como deidades deshilachadas de lento movimiento.
Somos los descendientes de esos corpúsculos ingenuos (Demostrad que me equivoco)

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

El relato me lo imagino al principio negro sobre blanco, con muy pocos trazos, como un mundo vacío. Luego, conforme va adquiriendo conocimiento, aparecen más colores, hasta que la parte final de la separación y creación del mundo es totalmente colorida.

Intenta convencer a Mónica para que te lo dibuje :) yo te apoyo

11:22 AM  
Anonymous Anonymous said...

Hombre, de acuerdo a tu relato venimos - y cito literalmente - de una "eyaculación", lo cual no es tan descabellado porque concuerda con la realidad biológica :-D

En serio. Ya sabes que mi mente no es tan profunda como las vuestras y llega un momento en que me pierdo. Je ne sais pas, como forma de concebir un Génesis alternativo, pues entonces no estaría mal tu relato (en mi ignorancia he creído entender que era eso, el origen del hombre).

AMC.

10:34 AM  
Anonymous Anonymous said...

Has acertado.

:-) (No es una cara feliz, sólo sonríe para integrarse.


Raz al GuL

12:16 PM  

Post a Comment

<< Home