Wednesday, February 07, 2007

Palabras

Alimentábamos a las persianas con nuestros cuellos blancos, las hojas quedaban barridas por el viento. Era marzo en la escuela, y fuera un Noviembre caluroso, salvo en las estaciones de trenes, donde el tiempo viene dado por la longitud de las despedidas.
Fue entonces la huelga de palabras. Desde las alcantarillas, contemplando. "Pueyo" y "resplandor" desaparecieron del Diccionario, junto con "juventud" y "torrija" y otras miles más que muchos ni conocíamos.
Una sequía inesperada nos dejó, tan sólo, con los aburridos significados de las cosas.
Ríos de metafísicos inesperados, abogados de la razón, de la sinrazón, y de lo que queda en medio de ambas nos vinieron molestando con protestas mudas.
Hasta que ellos también dejaron de llamarse de ningún modo.
Y nosotros seguíamos dejando caer las persianas como guillotinas, sobre nuestras gargantas moradas. Era la mejor manera de pasar un día sin nada que echarse a la voz.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Sería bonito que la gente se diese cuenta de la cantidad de cosas que se pueden hacer sin palabras... :)

4:56 AM  

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