Ostias para la democracia
- Voy a señalarles a todos ustedes con el dedo. Este dedo no, el otro, el que va por delante de las grandes acusaciones, el de Cicerón, el de Terelu.
¿Es que estamos gilipollas?
¿De verdad es ésta la solución a algún problema? ¿El que a los que tienen trabajo los puedan echar con más facilidad aún? ¿Qué arreglas?
¿Y a cambio de qué? ¿Qué coño me ofreces?
VOZ DE ULTRATUMBA: Nada, nada. No te ofrezco nada porque tú me has dado tu confianza y confianza, en mi idioma, se pronuncia patente de corso.
- ¿Estamos bien? ¿Estamos preparados? ¿Felices? Baja la azada por un momento, Manuel, que veo una solución que no requiere violencia de entrada.
Vamos a cometer delitos.
Si te echan y no te pagan lo que te debían pagar antes de que este plomo nos cayera encima, róbalo. Ve a casa el jefe que te despidió y róbale. Sin cargo de conciencia ninguno, él te robó antes a ti.
Si no tienes la oportunidad en casa, atrácalo en la calle, con tranquilidad y una navaja.
- ¿Y si me arrestan?
- Te explicas.
- ¿Y si el policía no piensa como yo?
- Al final todos van a acabar pensando como nosotros pero, bajo ese supuesto, una buena ostia sería conveniente.
- ¿Pegarle al policía?
- Y al juez que te vaya a detener, y al carcelero y al que venga después de él. Y así todos, hasta que el ciclo de la autoridad nos ponga a un Eurodiputado delante.
- ¡Memo!
- La única manera de ahuyentar las pesadillas es haciendo como que no existen. Dales un sopapo y sé feliz.
- Mejor me voy a ver la tele.
- Tú mismo.
¿Es que estamos gilipollas?
¿De verdad es ésta la solución a algún problema? ¿El que a los que tienen trabajo los puedan echar con más facilidad aún? ¿Qué arreglas?
¿Y a cambio de qué? ¿Qué coño me ofreces?
VOZ DE ULTRATUMBA: Nada, nada. No te ofrezco nada porque tú me has dado tu confianza y confianza, en mi idioma, se pronuncia patente de corso.
- ¿Estamos bien? ¿Estamos preparados? ¿Felices? Baja la azada por un momento, Manuel, que veo una solución que no requiere violencia de entrada.
Vamos a cometer delitos.
Si te echan y no te pagan lo que te debían pagar antes de que este plomo nos cayera encima, róbalo. Ve a casa el jefe que te despidió y róbale. Sin cargo de conciencia ninguno, él te robó antes a ti.
Si no tienes la oportunidad en casa, atrácalo en la calle, con tranquilidad y una navaja.
- ¿Y si me arrestan?
- Te explicas.
- ¿Y si el policía no piensa como yo?
- Al final todos van a acabar pensando como nosotros pero, bajo ese supuesto, una buena ostia sería conveniente.
- ¿Pegarle al policía?
- Y al juez que te vaya a detener, y al carcelero y al que venga después de él. Y así todos, hasta que el ciclo de la autoridad nos ponga a un Eurodiputado delante.
- ¡Memo!
- La única manera de ahuyentar las pesadillas es haciendo como que no existen. Dales un sopapo y sé feliz.
- Mejor me voy a ver la tele.
- Tú mismo.
posted by Raepertum at 9:50 AM
3 Comments:
Desgraciadamente las pesadillas existen, y nadie hará nada para que nos podamos olvidar de ellas.
Me gusta.
Se comen nuestro pan y nos escupen las migajas a la cara. Propongo que les partamos la boca para que lo tengan algo más difícil.
Ay, la vieja quimera de la llamada a la rebelión y el conformismo como respuesta del pueblo. Digo quimera porque hace muchísimo tiempo que no hay una respuesta masiva tipo "vale, hagámoslo de una puta vez, vamos a ponerles las caras rojas a sopapos", sino pequeños conatos de rebelión que quedan en fútiles mariconadas. Por cierto, soy Ale a.k.a. Duyu.
Post a Comment
<< Home