Monday, May 15, 2006

Por el orden

Entrada en Urgencias. Herido en el espacio intercostal, entre la tercera y la cuarta, por un objeto afilado de madera. La familia tardó unas horas en llegar. José Enrique, desaparecido hace más de una semana de su domicilio en el pueblo de Villacabras era intervenido a vida o muerte en la planta de arriba del Hospital. Habían encontrado su cuerpo moribundo en un vertedero en Valencia, a más de 300 Kilómetros de su localidad. Cuando lo intervenían, el anestesista pudo observar (Aunque su memoria lo archivara en aquel momento, porque la emergencia lo ocupaba) que el paciente tenía implantes en los colmillos, largos y afilados.

En una gran sala, adornada con maderas nobles y cuadros de vírgenes demacradas, los Principales discuten:

- Tenemos muy poco tiempo, aunque no creo que pueda salvarse...

- No podemos correr el riesgo.

- ¿Cómo pudo sobrevivir?

- ¿Cómo lo encontraron?

Y queda resuelto que entrarán en el Hospital aquella misma noche.

A la familia solo se le dejan ver a José Enrique a través de un cristal. Alguna enfermera ha comentado las extrañas marcas que tiene el paciente en el cuello, como si algún animal lo hubiera mordido, con precisión, sin señal de desgarro.

Al día siguiente, José Enrique no estaba en su cama. Sólo las sabanas, iluminadas por los rayos de sol que se filtraban a través de las ventanas. Sábanas sucias de ceniza.

El cadáver abierto, sobre las copas de los invitados. Un gran festín. La tranquilidad del trabajo bien hecho.

- ¿Por qué seguimos haciendo esto? - Pregunta uno de los principales - No hemos podido evitar la muerte. Sólo hemos desarrollado la fotosensibilidad por medios artificiales. Definitivamente, no podemos convertirnos en animales de la noche, ni volar...

A lo que el mayor, el más sabio de los principales, respondió:

- Por el orden, únicamente por el orden. - La bolsa de cenizas colgaba de su cinturón.

1 Comments:

Blogger Raepertum said...

No, María del Monte

7:36 AM  

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